El Hospital de Pediatría SAMIC “Prof. Dr. Juan Pedro Garrahan”, el hospital público de alta complejidad ubicado en Pichincha 1890, Capital Federal, vive una emergencia profunda.
La epidemia de enfermedades respiratorias en niños, niñas y bebés comenzó temprano este año y se mostró aún más fuerte que en años anteriores.
Hay en estos momentos pacientes internados en los pasillos, ante el desborde de la capacidad de atención del hospital. No hay insumos suficientes y falta personal profesional.
En diálogo con Noticias Urbanas , Gerardo Oroz , delegado de la Junta Interna de ATE del Hospital Garrahan que trabaja como auxiliar de farmacia, contó que “el hospital recibe un número de pacientes muy elevados, muy por encima de las posibilidades de atención y eso no sólo compromete las posibilidades de atención, revelará demoras y filas de horas de espera de los pacientes y sus familiares, sino que también compromete las posibilidades de atención que tiene el personal y extremas las condiciones laborales”.
Esta “situación completamente irregular en el hospital” lleva a que “se están atendiendo pacientes en los pasillos externos de la propia guardia y en los pasillos de los consultorios externos”, además de que “las madres y padres no tienen lugar para ir al baño ” y “donde los tubos de oxígeno se encuentran limitados” y tampoco hay carro de paro, oxígeno y aspiración por cada cama lo que, inevitablemente, deriva en que “se comprometa la calidad de atención” y se sobrecargue al personal de salud y de las y los niños”.
Pero la atención a las y los pacientes no es lo único que se encuentra deteriorada, sino también las condiciones laborales de los distintos profesionales de la salud, que vienen realizando paros y reclamos para que sean horas respetadas sus 12 de descanso entre jornadas y por aumentos salariales.
La situación de colapso es tan extrema que Oroz comentó que hubo hechos de violencia por parte de los padres hacia el personal. “No los justifica, pero entiendo su desesperación”, empatizó el entrevistado.
ATE, a través de un comunicado cuestionó la responsabilidad del Estado y la falta de respuesta ante la presente crisis. “Con gran cinismo, extorsionan a las y los trabajadores, diciendo que ‘no se puede negar la atención’. Por supuesto que no, pero ¿de qué forma? ¿Se están usando todos los recursos del sistema sanitario? ¿Dispone el Ministerio de Salud de las camas que hay en el sistema privado para redistribuir? La respuesta es no”.
“Esta situación expone una gravísima crisis del sistema sanitario, sin recursos materiales ni humanos necesarios. Después de la pandemia, cuando era evidente que había que reforzar el sistema de salud, se hizo lo contrario. Para cumplir con el ajuste del FMI, recortaron fondos . Ahora, el Garrahan es cada vez más la punta de un embudo, frente a un sistema sanitario que no puede dar respuesta ni en CABA ni en PBA”, denuncia el escrito.
-¿Cómo llega el Garrahan a este colapso?
-Existe un gran desborde en el hospital, a partir de la sobredemanda. Nosotros venimos denunciando desde hace tiempo que tenemos un problema con la oferta y cuando nos referimos a la oferta, es a la cantidad de recursos que se destinan a la salud pública y al sistema de salud en general. Esto representa a los salarios de los trabajadores, a la creación de nuevos hospitales y demás cosas que no vienen sucediendo.
-¿Cómo está haciendo el personal para atender esa sobredemanda?
-Para atender la sobredemanda, se resiente la calidad atención de esos pacientes, pero también se encuentran resentidas las posibilidades y las condiciones laborales de los trabajadores. Brindar atención en un lugar en el cual no existen recursos suficientes y no está la infraestructura específica para atender a un paciente, implica que ese trabajador tiene que realizar el doble de esfuerzo e implica que vamos a tener desbordados los pasillos por la cantidad de pacientes. Para cada trabajador, así sea un enfermero o un médico, se traten de jornadas de trabajo completamente estresantes y que vulneran las condiciones laborales óptimas que tienen que tener los trabajadores en el hospital.
-¿A qué otras situaciones deben enfrentarse las y los profesionales de la salud?
-Además de estos problemas de las condiciones laborales, lo que se ha generalizado fueron hechos de violencia de distintos padres, que agredieron a trabajadores y, sin justificarlos, porque lógicamente repudiamos estos hechos de violencia, esto surge en el marco de largas colas de espera , a las que están sometidas a los padres y madres. Tuvimos casos de violencia verbal e incluso física. Y en la medida que se incrementen las colas de atención y el hospital siga desbordado, estos casos se van a multiplicar. Pero nosotros, como sindicato, lógicamente no vamos a permitir que eso suceda.
-¿Qué respuestas obtuvieron como trabajadores por parte de las autoridades del hospital?
-Las autoridades han generado dos respuestas: la comunicación que dan al personal y la que le dan a los padres. Por un lado, les recomiendan a los padres que no concurran a la guardia de este hospital en caso de que no sean patologías de alta complejidad y que vayan los centros de salud cercanos a su domicilio. Esto, obviamente, no da ninguna respuesta al problema real. Y luego, públicamente, no se puede hacer de cuenta de que esto es normal. Tienden a naturalizar esto de tener un desborde todos los años cuando se acerca el periodo invernal y las enfermedades de tipo respiratorio. Para nosotros, sus respuestas fueron completamente insuficientes y es por eso que denunciamos públicamente la situación.
-El personal de Garrahan vienen haciendo paros y reclamos paritarios. ¿Cómo es la situación salarial actual?
-La semana pasada hicimos una acción y una concentración, en la cual reclamamos, básicamente, que el salario de un trabajador del hospital Garrahan no puede estar por debajo de la canasta familiar. Hoy un trabajador de reciente ingreso al hospital gana más o menos 200 mil pesos. Y un enfermero o un médico, o sea personal calificado que trabaja para un hospital de alta complejidad, tiene salarios por debajo de lo que se gana en otros sectores, como en el sistema privado de salud. Esto provoca que tengamos problemas recurrentes con personal calificado, formado en la universidad pública y que realizó residencias en el hospital, que atiende patologías de alta complejidad y que, a causa de salarios por debajo de lo que debería cobrar, muchos se van al sector privado .
-¿En qué condiciones trabajan en el hospital?
-Agregando a mi respuesta anterior sobre el problema del salario, quiero mencionar que venimos reclamando hace tiempo que en nuestras jornadas de trabajo no se tiene en cuenta el régimen de insalubridad. El Garrahan, aunque es un hospital de alta complejidad, no tiene un régimen laboral ni siquiera similar al que ya existe en Provincia y en la Ciudad de Buenos Aires, donde se reconocen las 6 horas por jornada. Y no se reconoce tampoco una licencia por estrés de 15 días; nosotros tenemos solamente cinco días, donde no se no se considera un régimen de jubilación especial en función de las patologías que se atienden en un hospital donde, por ejemplo, hay pacientes que nacieron y quedaron en terapia intensiva u otros que están allí desde hace 10 años. Los problemas que implican la atención en el hospital, lógicamente,
-¿Cuántos pacientes suele atender el Garrahan y cuántos está atendiendo ahora?
-Sobre la cantidad de pacientes, podría decir que lo que es la guardia se duplicó y se superó el doble de pacientes que se atiende normalmente. Nosotros, en la parte de farmacia del hospital, atendíamos 200 pacientes por día otorgando medicación ambulatoria y hoy estamos en casi 400 pacientes por día.
-¿Quisieras agregar algo que no haya preguntado?
-El hospital Garrahan es un hospital de alta complejidad, pero en la medida que el sistema de salud a nivel nacional, provincial ya nivel de la Ciudad de Buenos Aires está desbordado, debemos atender también patologías leves en las guardias. Este desborde general compromete la atención de los pacientes de alta complejidad que ya venían atendiéndose en el Garrahan. Hay filas de más de 5 horas de espera de otros pacientes que tienen otro tipo de patologías, normas menores, y esto compromete la calidad de atención y sobrecarga al personal.