La legisladora porteña de Vamos por Mas (VxM), Silvia Imas, presentó un proyecto en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires expresando su preocupación por los constantes accidentes que generan los bolardos tipo bala divisores entre el área peatonal y la de tránsito vehicular en las arterias semipeatoneales requiriendo su revisión y modificación.
En los fundamentos de la iniciativa sostiene: “El mobiliario urbano está compuesto por un conjunto de objetos y piezas de equipamiento instalados en la vía pública que sirven para múltiples propósitos. Entre estos, están los destinados a separar, virtualmente, las zonas vehiculares de las peatonales, cuando ambas se encuentran a un mismo nivel”.
“En diferentes barrios de la ciudad, en las calles semipeatonales, se utilizan los mojones como elementos de separación virtual entre acera y calle. Estos divisores, específicamente los bolardos bala (mojones en fundición de hierro anclado en dado de hormigón), tienen la característica de ser de escasa altura (40 cm) y dificultan la visualización desde la posición del conductor de un vehículo”, agrega.
Además precisó: “Por ese motivo se reiteran los casos de accidentes que generan daños en las unidades tanto de particulares como en los de transporte público. Además, debido a su altura y difícil visualización representan un riesgo de daño para peatones, ciclistas o usuarios de monopatines, patines y patineta. Asimismo debe destacarse que los mismos dificultan el acceso y circulación de las personas con movilidad reducida”.
Asimismo explica: “En el Manual de Diseño Urbano publicado en la página web del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se catalogan los diferentes tipos de bolardos y los más altos no superan los 60 cm. de altura, manteniendo su condición de poco visibles desde la posición de quien está manejando, especialmente si está realizando maniobras en reversa o de ingreso a algún estacionamiento”.
“Atento al costo que podría insumir el cambio de las piezas, se propone como medio alternativo, que progresivamente los mismos sean elevados, con una base de hormigón cúbica hasta una altura de 80 cm. garantizando así su visibilidad. No podemos dejar de mencionar que, ante los accidentes ocasionados por estos elementos, la Ciudad puede ser considerada responsable”, concluye.
