Con una medida sorpresiva, los taxistas que prestan servicio en el Aeroparque Jorge Newbery resolvieron no levantar los pasajeros que lleguen a la terminal aérea por errores en el sistema de tótems con tarifas prefijadas. El miércoles, la Secretaría de Transporte de la Nación aceptó el reclamo de los conductores de que se aumente el servicio e incorporó un adicional por “factor de congestión”, pero el reclamo continuaba con un paro que arrancó a las seis de la mañana.
“Estamos deteniendo la fila de Aeroparque”, señaló uno de los voceros de los taxistas. “Se habían comprometido a hacer una variación en los tótems y no se cumplió el aumento que iban a dar. No está funcionando bien, el sistema está dando diferencias demasiado grandes y absurdas”, agregó.
Hacia la media mañana, hubo incidentes y momentos de tensión entre los choferes y agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), quienes empezaron a aplicar multas a los manifestantes. El conflicto se profundizó mientras los choferes discutían en asamblea qué decisión tomar con respecto a la continuidad del paro.
“Me acaban de hacer una infracción de tránsito por mal estacionamiento y estar obstruyendo esta parada”, señaló uno de los afectados al canal TN. “Esto es provocar y traicionar la palabra que nos dio uno de los jefes de ellos”, añadió.
La tensión aumentó a las 11 de la mañana, cuando el personal de tránsito se disponía a llevar con la grúa uno de los coches involucrados en la protesta. Frente a la negativa de los conductores, las fuerzas de seguridad arrojaron gas lacrimógeno y hubo empujones entre los manifestantes y los efectivos.
El reclamo de los taxistas se inició por la instalación de un servicio de tarifas prefijadas en las paradas de los aeropuertos, puertos y en la terminal de micros de Retiro que está vigente desde el 14 de marzo. El sistema consiste en el siguiente trámite: antes de tomar un taxi, el usuario debe dirigirse hasta una pantalla ubicada a metros de la parada, cargar su recorrido y recibir dos tickets -uno para él y otro para el conductor- donde figura el valor exacto del viaje.
Según los choferes, este modelo es perjudicial para sus ingresos porque el valor de los viajes suelen ser inferiores al que se aplica en base al método tradicional, que contabiliza las fichas con el taxímetro.
Tras esas quejas y reclamos de los choferes, la secretaría de Transporte de la Nación resolvió incorporar un nuevo valor a los tótems: el “facto de congestión”. Ese adicional expresa la función del tiempo que el taxi no estuvo en movimiento debido a atascos y embotellamientos de tránsito, obstrucciones de tráfico y/u otras eventuales circunstancias. Con ese concepto, la tarifa varía “en base a distintos tipos de días y en horarios pico y no pico”, con subas que van del 18 al 29 por ciento.