Mientras algunos voceros oficiosos del Gobierno (ver en este misma página) anticipaban que el presidente Mauricio Macri vetaría la Ley de Emergencia Social y Habitacional, cueste lo que cueste, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, les pidió a los legisladores que voten una norma muy parecida, que consensuó en su Ministerio con las mismas organizaciones sociales que marcharon el miércoles.
La firma del acuerdo entre el ministerio que lidera Stanley y las organizaciones incluye la reasignación de partidas de dinero de su propio organismo y del Ministerio de Trabajo, entre otros ítems. La ministra agregó luego que también se firmó “la declaración de la emergencia social, la creación de un registro único de trabajadores informales, la creación de un Consejo de la Economía Popular y la reasignación de partidas para alcanzar primero 25.000 millones de pesos en tres años con la posibilidad de extensión de 5.000 millones más” para impulsar medidas de protección empleo para personas que viven por debajo de la línea de pobreza.
Tras la firma, Stanley acotó que “hoy por hoy, todos estamos de acuerdo en que diciembre no debería ser un mes conflictivo, con lo cual queda expuesto aquel que quiere abusar políticamente de diciembre para generar una situación de conflicto”, manifestó la funcionaria. Luego, ante los micrófonos de Radio Nacional, Stanley expresó -quizá sufriendo las consecuencias de un ataque de exceso de optimismo, que “el camino es que cada jefe o jefa de hogar pueda tener un empleo de calidad”.
De todos modos, la ministra observó que “diciembre no se construye ni se dialoga solo en diciembre, sino durante todo el año”, a la vez que destacó la “responsabilidad” de los militantes de los movimientos sociales para llegar a “un diciembre tranquilo”.
Al mismo tiempo que hablaba Stanley, el líder del Movimiento Evita -la principal organización social en cuanto a la extensión de su presencia territorial-, Emilio Pérsico, pronosticó también “un diciembre tranquilo”, porque “por el programa Argentina Trabaja, que está localizado sobre las villas del conurbano, los compañeros van a recibir en diciembre cerca de 10.000 pesos. Esto implica movimiento y recursos para las fiestas y que todos los argentinos tengan un pan, un pollo y una sidra para festejar”, declaró, en la cuerda de la más pura tradición peronista.
El líder del Evita aclaró luego que “se trata de un programa donde ya hemos acordado un aumento del monto”, que equivale al “50 por ciento del salario mínimo, vital y móvil que son cuatro mil pesos, más un bono de 2.000 pesos”.
Finalmente, la ministra de Desarrollo Social habló de “tirar todos para el mismo lado” y Pérsico de que “las fiestas están cubiertas”.
Por último, es necesario agregar en la reunión estuvieron presentes el ministro de Trabajo, Jorge Triaca (h) y el presidente del bloque Pro de diputados, Nicolás Massot, que fueron el sostén político gubernamental del acuerdo, en apoyo de Stanley.
Mientras todos los presentes rebosaban optimismo, será necesario recordar que existen muchas necesidades a lo largo y a lo ancho delo país y que no todas las organizaciones ni todos los territorios estuvieron representados, porque lo que es dable suponer que no todos recibirán el beneficio negociado en la ocasión.
En el banquete de la miseria, ¿también hay excluídos?