Después de afrontar una fuerte crisis interna, los principales dirigentes del Frente de Todos coinciden en que “la derrota debe ordenar”. Y ese orden ahora tendrá un jefe: Martín Insaurralde. Junto al gobernador Axel Kicillof, serán los encargados de encabezar el desafío de dar vuelta la elección. Esa es la novedad en la campaña bonaerense del oficialismo, según lo adelantó Perfil.
El hasta hace unos días intendente de Lomas de Zamora, no solo desembarcó en el gabinete provincial. A partir del 10 de octubre será quien comande la campaña en la pelea bonaerense.
“Las PASO fueron desorden, las generales serán el orden”, resume un dirigente de La Cámpora sobre la campaña que se viene. Ahora habrá una estrategia conjunta en la que no solo se provincializará la elección: circula un nuevo término en la estrategia bonaerense y es “distritalizar”. “Habrá un eje más fuerte en las gestiones locales”, resumen.
En la provincia de Buenos Aires no solo juega el jefe provincial. Todos entienden que allí tienen base los principales socios de la alianza, pero Axel Kicillof tomará un rol más protagónico en el ordenamiento de la campaña que comandará Martín Insaurralde. El gobernador convocó a una reunión el lunes para presentar al jefe de Gabinete en su doble rol durante la contienda. En este encuentro comenzará a delinearse la nueva estrategia en busca de los 2.347.776 votos perdidos entre la elección de 2019 y las PASO de este año.
Hay cuatro nombres que cobrarán fuerza en la estrategia para recuperar estos sufragios. Además del flamante jefe de Gabinete bonaerense y el gobernador, los otros dos serán Sergio Massa y Máximo Kirchner.
El titular de la Cámara de Diputados ya se adelantó. El jueves convocó a los dirigentes del Frente Renovador para arrancar una campaña bautizada “Esta vez sí”. El objetivo es sumar 400 mil votos en cada sección electoral. Un número demasiado optimista si se ven los resultados de las internas en las que Juntos por el Cambio ganó en la Provincia por 360.967 sufragios.
El líder del Frente Renovador lanzó la estrategia enfocada en el nivel de ausentismo y en el voto de extranjeros. Cada referente local ya tiene las planillas de sus distritos en donde se entrecruzan el padrón electoral y las mesas de votación con el nivel de ausentes a los que hay que llegar. Será una búsqueda casa por casa y tienen objetivos a presentar en 15 días. Con estos datos, cada referente debe presentar en dos semanas su plan de crecimiento de votos.
Máximo Kirchner seguirá los números con cada intendente a quien empoderó con lugares en el gabinete. Quieren que jueguen fuerte en sus distritos y para eso el rol de Insaurralde será clave. “Nadie quiere perder”, dicen más allá de las disputas internas que quedarán para los próximos dos años de gestión. No a todos los jefes distritales les cae bien el hombre de Lomas de Zamora.