En el marco del balance sobre el primer año del gobierno de Javier Milei, la investigación local llegó a la tapa de Nature, una de las dos revistas científicas “top” del mundo. Pero no fue por un descubrimiento o innovación local, sino por un título preocupante: “Temen un colapso de la investigación científica en Argentina”.
La razón de esta preocupación es bastante clara: en ese sector la motosierra pasó a máxima potencia. Según los datos de un documento publicado en noviembre por el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación–Ciicti–, en los últimos diez meses cayeron todos los indicadores de inversión estatal en esa materia: descendió el presupuesto en un 30,5%. Básicamente porque el porcentaje del PBI dedicado a la Función Ciencia y Tecnología pasó del 0,3% del PBI, en 2023, a ocupar apenas el 0,21% del PBI.
En ese gran número se inscriben otros: los salarios cayeron hasta un 30% en términos reales. Los subsidios al segmento bajaron en un 61,2%. En todo 2024 prácticamente no hubo nuevos ingresos a la carrera de investigador. Si se le suman jubilaciones, bajas y éxodos, hay 2.696 puestos de trabajo menos en CyT.
En este panorama, otro exfuncionario del sector e investigador del Conicet, Roberto Salvarezza, resaltó en un posteo de la red X que Darío Genua –el actual secretario de Ciencia y Tecnología de Nación– “ostenta el récord máximo en materia de subejecución presupuestaria de toda la administración nacional”. Y acompañó su posteo con una planilla en la que la subejecución de esa repartición pública rondaba el 98%, al comparar 2024 con 2023.
El funcionario que sí funciona, @DarioGenua, tiene el récord de subjecución presupuestaria de toda la Administración Pública Nacional. Tal vez no lo sabe, pero en ciencia debatimos con datos, no con chicanas. https://t.co/4cxYMzHSIE pic.twitter.com/UjR2GtbNz5
— Roberto Salvarezza (@RCSalvarezza) December 11, 2024
Eso no es todo. “Aparte de la caída y subejecución del presupuesto, hay una concepción diferente. Directamente se plantea que el Estado no tiene que financiar la ciencia”, indicó Daniel Filmus, actual investigador del Conicet y exministro de Ciencia, Tecnología y Educación en administraciones anteriores.
Y agregó: “En las últimas décadas hubo momentos de expansión y contracción de la inversión. Entraban más o menos investigadores al Conicet. Pero nunca pasó lo que ahora, cuando se considera que la ciencia solo debe ser financiada por el mercado”. Y eso lleva a que haya una destrucción, especialmente en materia de recursos humanos formados. “Hay otra vez gente muy capacitada, profesionales de altísimo nivel que están yéndose a buscar opciones en otros países”.
Tomando noviembre de 2023 como base y medido en términos reales, los salarios de los investigadores del CONICET perdieron el 29,7% de su poder adquisitivo. Mucho más de lo que perdieron en promedio los empleados públicos: 19,9%. Ello explica, junto con el desfinanciamiento de los… pic.twitter.com/Gt7hTOpDau
— Daniel Filmus (@FilmusDaniel) December 13, 2024
Por su parte, Rolando González-José, investigador principal del Conicet e integrante de la Mesa Federal por la Ciencia y la Tecnología, manifestó: “Alertamos con una palabra que sintetiza todo: un ‘cientificidio’. O sea, la destrucción sistemática de la ciencia y tecnología local”.
Para este experto, el desfinanciamiento que afecta al conjunto de los organismos de CyT y a las universidades “reviste mucha gravedad, ya que restringe el desarrollo de las actividades de investigación y favorece la emigración de recursos calificados”.
Esta situación se está ejecutando en varios planos: “Por ejemplo, se derogaron leyes que regían nuestro sector, como la Ley de Financiamiento y el Plan Argentina 2023, que detallaba los objetivos de ciencia y desarrollo en base a las necesidades de cada provincia y del país. Era una planificación estratégica básica que dejó de existir”.
Por otra parte, González relató que “muchos de los programas que tenía el exministerio de CyT hoy están parados: no se puede firmar convenios, no podemos hacer concursos de precios y dejaron de funcionar proyectos como Equipar Ciencia y Construir Ciencia. Hasta se discontinuó el premio Investigador de la Nación, que era un evento simbólico importante”. Finalmente, se desarmaron todas las instancias de vinculación.
¿Qué puede pasar en 2025? Nada positivo si no hay cambios significativos. Según Filmus: “Cuatro leyes de financiamiento para diferentes temas de ciencia que el Congreso aprobó oportunamente en años anteriores –y por amplias mayorías– directamente no se están cumpliendo. Ahí tenemos que presionar desde el Parlamento para que esas leyes ‘entren’ en el presupuesto 2025 y se apliquen sus normas, que le aseguran fondos frescos a la investigación científica”.