El jefe de Gobierno, Jorge Macri, y su ministra de Cultura, Gabriela Ricardes pautaron un encuentro con periodistas en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad para presentar sus novedades en esta materia. “No va a haber ajuste en Cultura”, aclaró el mandatario porteño.
Macri quiso, primero que nada, compartir su vínculo con el mundo de la cultura y recordó que su padre, Antonio Macri, había tenido una productora audiovisual y esa actividad hizo que por la casa familiar pasaran importantes personalidades del cine, pero además recodó que Antonio, para no perder la conexión con su identidad y para apaciguar su nostalgia por su país de nacimiento, se refugiaba en la música italiana.
“La cultura es un sostén, es un canalizador positivo de frustraciones, incluso en cada crisis se generan movimientos culturales nuevos, emergentes”, subrayó Macri.
“Estamos desde hace algunos años transitando un proceso de mucho dolor que, además, es muy largo, la Argentina está acostumbrada a sufrir crisis intensas y profundas, pero pocas veces tan largas en el tiempo y va a seguir, por lo que es importante encontrar ámbitos de canalización para la frustración, la angustia y de sanación”, reconoció el jefe de Gobierno.
De todos modos, aclaró: “No creo que la solución sea pan y circo, no creo que la solución a este nivel de dolor sea ‘te hago 7 festivales y con eso te distraigo un rato’, es mucho más profundo y en esto la Ciudad tiene que adoptar un rol de liderazgo”.
Respecto al presupuesto asignado a Cultura, Ricardes sotuvo: “Va a ser acotado, pero posible”, pero Jorge Macri aclaró que es el mismo del año pasado, pero ajustado de acuerdo a la inflación. “Va a tener algún cuidado respecto a los eventos masivos, se va a ordenar, porque el año pasado nos pasó que había más de un evento al mismo tiempo y cercanos entre sí”, explicó.
Otro punto que se va a modificar es la posibilidad de traer artistas extranjeros por el incremento del dólar, aunque reiteró: “No hay un ajuste en nuestro presupuesto”.
Proyecto de formación no formal en la Usina del Arte y el Autódromo
En cuanto a las generaciones más jóvenes se está proyectando crear TUMOs (Centros de tecnologías creativas) inspiradas en el modelo armenio. “Es una propuesta de educación no formal donde chicos de 13 a 19 años van, diseñan en parte su propia carrera”, detalló Jorge Macri. Estos proyectos serán en la Usina del Arte y el Autódromo.
“Vamos a impactar a 30.000 chicos al año, que no es una escala menor”, explicó. “Es muy interesante lo que pasa con TUMO, donde por ejemplo un chico se acerca porque quiere ser programador, pero descubre las artes visuales o el diseño web o el mundo gamer y después se crea un mundo nuevo y lo más interesante de esa iniciativa, además de la de la directriz cultural, es cómo mejoran esos chicos su rendimiento en el aula; empiezan a entender, por qué tiene sentido estar a la mañana o a la tarde o en contra turno en el aula”.
La posibilidad de circular en tranvía
Otro ítem que enfatizó Jorge Macri fue la importancia de potenciar los accesos a diferentes lugares de la Ciudad de Buenos Aires y entre esas propuestas se está evaluando recuperar el tranvía para que recorra la costa porteña.
También destacó que se va a trabajar en el sur de la ciudad. “Estamos pensando en meterle a todo el casco histórico un transporte público nuevo que son los colectivos chiquitos eléctricos que uno ven los cascos históricos del mundo para reconstruir circuitos culturales que se vieron afectados por la salida de la gente de sus lugares y la pérdida de colectivo, por ejemplo, donde tienes transporte público o es difícil, que no puedo llegar con el auto. Bueno, ahí hay un rol del Estado”.
Uso de edificios públicos
Una de las novedades que planteó Macri es la posibilidad de usar espacios no tradicionales para llevar adelante acciones culturales. Puntualmente, la idea es usar edificios públicos, como la sede del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. “Tenemos un teatro ahí adentro que por lo menos sirve de auditorio para conversatorios, charlas sobre libros este, pero además tienen un hall y que se puede armar una milonga”, destacó.
“Con estas actividades rompés esa cosa de que hay una reja, seguridad y ‘acá entra solo el que yo quiero’, con esa apertura lográs que la sociedad se apropie de ese espacio durante algún momento”, detalló. “Estos lugares no tradicionales tienen potencial y, además, reconstruyen vínculos, rompen algunas de las barreras entre sociedad, gobierno y estado”.