Juan Cabandié recibió a Noticias Urbanas en su nuevo despacho del tercer piso de la Legislatura de la Ciudad. Concentrado por momentos en su celular, que suena constantemente, dos días antes del cierre de las listas de candidatos a diputados porteños, se mostrará hermético acerca de los nombres de sus futuros sucesores, a pesar de que algo sabe al respecto, producto de su trato constante con los operadores de la Casa Rosada, que tienen a su cargo la confección de las boletas.
A pesar de su hermetismo informativo y de su semblante a veces taciturno, Cabandié contestará amablemente a todas las preguntas y hasta se mostrará incisivo a veces, una virtud que este cronista –que ya lo entrevistó en otras ocasiones– no recordaba de él.
–Esta fue una campaña rara, que pareciera no haber comenzado, ¿cómo va a ser de ahora en más?
–Va a ser una campaña en la que vamos a tener una línea de continuidad con lo que ya hicimos en la primera parte, con algunos aspectos nuevos. En la primera parte de la campaña nos focalizamos mucho en lo territorial, con muchas mesas, con una presencia constante de Unidos y Organizados en las comunas, lo cual estuvo muy bien, tuvimos resultados muy buenos en la Comuna 8.
–Ganaron en varias villas de la Ciudad.
–Naturalmente, el Gobierno nacional es un gobierno que ha trabajado mucho en pos de una mayor inclusión y por una fuerte ampliación de derechos de los sectores más postergados de la sociedad, y los sectores populares sienten con él una enorme empatía, porque en definitiva saben que nuestro gobierno es la fuerza política que los representa. De todos modos, es cierto que en estas elecciones obtuvimos un mejor resultado que en otras en las zonas más postergadas.
–Volvamos a la campaña, ¿cómo va a seguir?
–Bueno, lo nuevo va a ser la sectorización, el mensaje para los distintos sectores sociales del electorado: vamos a buscar a la juventud, a los adultos mayores y va a haber un mensaje cultural dirigido al electorado porteño.
–¿Cómo dan las encuestas para el 27 de octubre?
–Sabemos que nos va a ir mejor que en las primarias, porque la definitiva y la que importa es la de octubre, y estamos trabajando para eso. Leímos los resultados y sabemos que nos puede ir mejor. Y vamos a modificar lo que haya que modificar. También vamos a ajustar nuestra metodología operativa. Lo importante es procesar el mensaje, pero también sabemos que ha sido una campaña muy buena.
–Es decir que no van a cambiar los contenidos sino la forma de presentarlos.
–Claro, solo vamos a mejorar la comunicación, el mensaje. Solo eso.
–¿Cómo se describen los últimos diez años, los que nos trajeron hasta aquí? ¿Fue una década ganada, perdida o empatada? Lo pregunto porque el resultado, a pesar de algunos anuncios, no fue catastrófico para el kirchnerismo tras esos diez años.
–Si analizamos las elecciones, podemos decir que los comicios legislativos no son comparables con aquellos en los que se elige gobierno. Esta elección se podría comparar con la de 2009, no con la de 2011. Fueron diez años de revalorización de la política, de reconstrucción de la autoridad presidencial, de mejoramiento de las instituciones y, centralmente, fueron diez años de inclusión social y de ampliación de derechos. No cabe duda de que también mejoró la situación económica, un trabajo que no se puede cumplir en dos períodos presidenciales, ni en tres, ni en cuatro, sino que hay que seguir trabajando por mucho tiempo más. El peronismo también empujó para la industrialización de la Argentina en estos diez años, aunque nos cuesta encontrar una matriz concreta de desarrollo que por ejemplo Brasil encontró después de Getúlio Vargas en la década del 50. Ahora estamos en el grupo de las naciones más desarrolladas, y justo en este momento la Presidenta de la Nación está, precisamente, en la reunión del Grupo de los 20 en San Petersburgo. No hay un solo país con su economía consolidada que solamente viva de vender sus materias primas. No hay un ejemplo en el mundo. Esto no significa desconocer el potencial que tiene la Pampa húmeda, que nos permite el ingreso de divisas y genera trabajo. Pero si nos quedamos allí, entramos en un círculo vicioso de vender materias primas baratas para adquirir manufacturas con valor agregado. Igual, dentro del país hay quienes quieren esto y ese es su negocio, el del subdesarrollo. Son actores económicos que tienen representantes en la política.
–Hablando de eso, hoy vi en el subterráneo una publicidad de Carbap que llamaba –con cierta sutileza, hay que reconocerlo– a votar contra el Gobierno.
–Son los que ganan con las crisis, los que quieren endeudarse. Ellos siempre claman por una devaluación, piden el ajuste y, especialmente, que haya un Estado mínimo.
–¿Cómo creés que van a votar los porteños en relación a la gestión de Mauricio Macri?
–Es llamativo, porque se puede decir que en este último tiempo es cuando más gestión mostró el macrismo. Es una gestión insuficiente en relación a los recursos millonarios que posee la Ciudad y, a pesar de eso, no ha atendido los temas estructurales. Inauguró en estos días dos metrobuses, las estaciones del subte B, el microcentro y, sin embargo, esta última fue la peor elección del Pro.
–Claro, fue similar en números a la de 2009, y Pino Solanas, que dio la sorpresa entonces, volvió a hacer una buena elección esta vez. Es el rey de las legislativas.
–Es raro ese frente, porque Pino se cansó de denostar al partido radical y, sin embargo, terminó en un conglomerado político rodeado por todo tipo de radicales. En varias listas hay exkirchneristas, como Lousteau, Massa, Solá, Tumini, Donda, Prat-Gay y Giustozzi. ¿Intentan mostrarse como un kirchnerismo recién bañado, afeitado y perfumado? Nosotros no tenemos un problema de identidad. Ellos, por su parte, se fueron porque no se bancaban que nosotros siguiéramos con algunos cambios que hicimos. Massa se fue porque era el que se negaba a estatizar los fondos de las jubilaciones y pensiones, y además tenía un proyecto político.
–¿Cómo calificarías la gestión de Macri?
–No sé si cuantificarla, pero tiene problemas en áreas sensibles, centrales, cuyas soluciones no requerirían de un gran esfuerzo sino solo de voluntad de gestión. Una muestra es la recolección de basura. La Ciudad está muy sucia, a pesar de que pagamos tres veces más que Rosario y dos veces más que la ciudad de Córdoba. Esto, a pesar de los impuestos millonarios que cobra Macri. Pagamos cuatro mil millones de pesos anuales para este servicio tan deficiente.
–¿Unidos y Organizados es la base de las listas de candidatos a legisladores que presentarán el viernes a la noche el Frente para la Victoria y Alternativa Popular?
–Unidos y Organizados es uno de los elementos a contemplar en la confección de la lista. Además es la herramienta de articulación, la unidad de concepción que expresa a un proyecto político. Con base en los sectores más activos de este agrupamiento se van a armar, seguramente.
–¿Qué esperás el 27 de octubre?
–Una buena elección, simplemente. Todavía falta mucho por hacer.
“Les molesta que haya alegría”
–Termina de producirse un contrapunto algo curioso en el predio en el que alguna vez estuvo la Escuela Mecánica de la Armada. ¿Qué pensás de lo que pasó, teniendo en cuenta que es la segunda vez que se cuestiona que allí haya murgas y asados?
–Les molesta que haya alegría, pero no hay nada mejor que llenar de vida un espacio que ha sido emblema del horror del terrorismo de Estado. Para nosotros es motivo de celebración que en ese predio de la ex-ESMA, que tiene 17 hectáreas, existan propuestas culturales, esté el Centro Cultural Haroldo Conti, toquen bandas de música, expongan los artistas plásticos, esté la sede del Canal Encuentro y haya clases de cocina. Queremos que haya mucha cultura y que la gente pueda apropiarse de ese lugar que fue tan terrible, lo resignifique y lo llene de vida. No encuentro ningún aspecto negativo.
–¿En todo el predio hay actividades culturales o hay lugares que están preservados para la memoria?
–Hubo edificios en los que funcionó la maquinaria del terror. El Casino de Oficiales, por donde pasaron muchos compañeros, en el que nacieron muchos hijos de las secuestradas, entre ellos yo mismo, es un lugar en el que está consensuado en el ente tripartito que maneja la ex-ESMA, Ciudad, Nación y organizaciones de derechos humanos, que no se hagan estas actividades. Ese lugar no se toca, allí están Capucha, Capuchita, los lugares en los que se torturaba, donde nacíamos, donde se guardaban los bienes que robaban a nuestra gente, es decir, todo el circuito logístico de la muerte. Por eso, no se toca. Hoy, los diarios cómplices de la dictadura, como Clarín y La Nación, que nunca se arrepintieron como el diario O Globo de Brasil, denuncian lo que pasa, pero nunca denunciaron lo que pasaba en los años en que la ESMA estaba activa. Peor aún, La Nación publicó un editorial en el que reivindicó el golpe del 55. Esos diarios están hoy “preocupados” por las actividades que se realizan, pero nunca se preocuparon por las actividades del terror, cuando eso era la ESMA y desaparecía la gente. Eso es de una gran hipocresía.
Yo soy Juan, el 77
Juan Cabandié nació el 16 de marzo de 1978 en las mazmorras de la Escuela de Mecánica de la Armada, donde sus padres, Damián Abel Cabandié y Alicia Alfonsín, estaban secuestrados.
Juan permaneció 15 días con su madre hasta que el prefecto Héctor Febres le anunció que sería “trasladada”. Desde ese día permanece desaparecida, al igual que el padre de Juan. El bebé fue apropiado por un custodio de la unidad de la Armada, que se lo entregó al oficial de inteligencia de la Policía Federal Luis Falco, que lo crió tratándolo con extrema dureza, haciéndole sufrir malos tratos constantes. De esa época, Juan decidió que Vanina Falco, su hermana de crianza, fuera su hermana para siempre. Incluso, ella intentó ser incluida en la demanda que Juan inició contra su padre por su secuestro y apropiación, lo que no fue aceptado por la Justicia a causa de su lazo de sangre con el apropiador.
Cabandié cuenta que ya de chico eligió el nombre Juan, distinto al que le había puesto su apropiador. También soñaba que estaba con su madre en una penumbra, que lo acunaba, lo amamantaba y lo llamaba así.
Finalmente, el 24 de marzo de 2004, en un acto realizado en las afueras de la ESMA, Juan se convirtió en el nieto recuperado número 77 y fue uno de los oradores el mismo día en que el presidente Néstor Kirchner pidió perdón en nombre del Estado argentino por el terrorismo de Estado y por las desapariciones de los padres de Juan y por 30 mil argentinos más.
La canción de León Gieco “Yo soy Juan” fue compuesta en su homenaje y también uno de los primeros capítulos de Televisión por la identidad se refirió a su historia.
En 2007 fue elegido legislador por el Frente para la Victoria, cargo para el que fue reelecto en 2011. En estas legislativas encabeza la lista de candidatos a diputados nacionales por la Ciudad, nuevamente por el FpV.
