Juan Carlos Basílico: “Aranguren favorece a las petroleras”

Juan Carlos Basílico: “Aranguren favorece a las petroleras”

En un reportaje con NU, el presidente de la asociación que aglutina estaciones de servicio, cuestiona duramente el aumento del 8% en la nafta y gasoil.


El presidente de la Federación de Entidades de Combustibles, Juan Carlos Basílico, afirma que el aumento en la nafta y el gasoil, anunciado por el Gobierno nacional, perjudicará a las estaciones de servicio: pronostica una baja en las ventas y que muchas quedarán al borde del cierre. “Ya sufrimos la caída de más de 50 mil puestos de trabajo, y familias enteras vieron cómo sus emprendimientos de toda la vida se esfumaban ante la indiferencia de las autoridades y los dirigentes”, dispara, en diálogo con Noticias Urbanas. Reclama, además, un aumento en la comisión por litro vendido, ya que, actualmente, los estacioneros “se quedan solo con el 5 por ciento de las utilidades”. Y propone terminar con las distorsiones impositivas que afectan el precio final de los combustibles.

 

–¿Cómo cree que afectará a los automovilistas y a los transportistas el aumento de la nafta y el gasoil?

–Perjudica al pueblo argentino, porque el incremento del combustible se traslada a todos los rubros.

 

–¿De qué manera esta situación impactaría, a su vez, en el sector que usted representa?

–El incremento perjudica a los estacioneros porque la rentabilidad es muy poca. Una vez que pagan todos los impuestos y a sus empleados, se quedan solo con un 5 por ciento de utilidades. Las estaciones de servicio que más sufren los impactos de los incrementos de las naftas son las que venden hasta 100 mil litros por mes. Las consecuencias sobre estos establecimientos son demoledoras. No queremos que haya más estaciones de servicio cerradas. Ya sufrimos la caída de más de 50 mil puestos de trabajo, y familias enteras vieron cómo sus emprendimientos de toda la vida se esfumaban ante la indiferencia de las autoridades y los dirigentes. Por eso cuestionamos este aumento. Además, llamamos a las compañías petroleras a que amplíen el porcentual de comisión que los estacioneros recibimos por cada litro vendido, ya que es la única forma de recuperar la rentabilidad perdida en los últimos años, que provocó el cierre de miles de estaciones de servicio.

 

–¿En cuanto suele estimarse la baja del consumo cuando hay aumentos de este tipo?

–Cada vez que se efectiviza una suba de precios en el surtidor, los clientes retraen su demanda en un 9 por ciento promedio, tomando en cuenta las variaciones del tamaño de la expendedora y las diferentes zonas del país. Después de la última suba, la demanda se fue recuperando, aunque no alcanzó los niveles de 2015. Pero no bien aumenten nuevamente los precios, la mínima recuperación que tuvimos se va a desplomar.

 

–El ministro Aranguren expresó la posibilidad de reformular la carga impositiva de los combustibles, que hoy es alta. ¿Usted cómo ve esa medida?

–Los combustibles líquidos de la Argentina son los más caros de la región, debido, en parte, a la enorme cantidad de impuestos que se cargan sobre el producto. Siempre que en el resto del mundo baja el crudo, en nuestro país jamás se reducen los costos del combustible. Pero, además, el hecho de que haya provincias como Neuquén, Río Negro y La Pampa que, por ley, estén exentas del impuesto, y otras que no, ha generado una distorsión en el mercado de combustibles líquidos debido al impacto que este tributo tiene en el precio de venta al público y que produce diferencias de entre 2 a 6 pesos por litro, dependiendo del combustible y de la marca, entre los comercializados en la zona exenta y aquellos vendidos en la zona gravada. Por esa medida quedaron al borde del cierre 300 estaciones del sur bonaerense, que dejaron de vender porque los clientes deciden cargar en La Pampa, donde el combustible es mucho más barato. Eso tiene que cambiar. También reclamamos la devolución del diferencial provocado por la merma producida por las distintas temperaturas.

 

–¿Cómo es eso?

–Estudios profesionales comprobaron que, por diferencia de clima, entre el momento de la carga del camión y la entrada a la estación se pueden llegar a perder varios litros del fluido a causa de los cambios de la temperatura de los tanques. Por ende, el estacionero paga, por ejemplo, por 20 litros, y en realidad termina recibiendo 18.

 

–¿Era necesario este ajuste en los precios de los combustibles, teniendo en cuenta que el Gobierno nacional decidió también beneficiar a las petroleras con la eliminación de las retenciones a la exportación?

–El acuerdo con las petroleras para imponer este aumento viene de agosto 2016, pero lo quisieron implementar en enero de este año. El Gobierno nacional, ya que beneficia a las petroleras, que se acuerde de favorecer también a los expendedores, que son el último eslabón de los combustibles.

 

–Para usted, ¿influye en este tipo de decisiones gubernamentales que el ministro Aranguren provenga del sector petrolero?

–Está claro que Aranguren favorece a las petroleras y no a los expendedores.

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