Economista e investigador del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Juan Pablo Costa advirtió que la economía argentina comenzó a dar señales de recuperación y aventuró que no habrá una crisis cambiaria después de las elecciones legislativas y especuló con que la inflación podría retomar un rumbo descendente a partir del año próximo.
¿Qué escenario económico ve en la antesala de las PASO? ¿Puede haber una recuperación que beneficie al Gobierno o la economía estará complicada hasta las generales de noviembre?
-Ya hay una recuperación económica en curso. Desde fines del año pasado se empieza a verificar un incremento en la actividad, que se ve de forma más consolidada a partir del segundo trimestre, porque ya no hay un efecto en las variaciones interanuales, producto de que en 2020 hubo un parate económico. Hay un crecimiento objetivo y real, que no tiene que ver con un rebote. Esto se visualiza en el sector del comercio e industria. Después, la agricultura, la construcción y el transporte están en el nivel de 2019, quizás un poco por debajo todavía. En cambio, hay sectores que siguen muy golpeados, como la gastronomía, el turismo y la hotelería.
Es importante remarcar que hay un proceso de recuperación económica. Hay otros elementos que se ven, como las pérdidas de trabajo, que fueron 200 mil durante la pandemia y ya se recuperaron 100 mil. Durante la gestión de Macri, en cambio, se perdieron 200 mil, sin pandemia.
-¿Y el golpe en el bolsillo de la inflación?
-Bueno, el otro gran punto es el salario. Los otros índices son lindos, pero no pesan ni pueden impactar en términos electorales. Quizás en este punto hay una asignatura pendiente por parte del Gobierno. El salario de conjunto muestra distintos comportamientos por sector. No es lo mismo el público que el privado registrado y no registrado. De hecho, partimos de la base de que venimos de cuatro años de una pérdida fuertísima de salario. Fue más o menos del 20 por ciento durante el período de Macri, que es importante destacarlo porque partís de una base mala, con lo cual no hay margen para seguir tolerando una pérdida del poder adquisitivo. Y desde junio de 2019 a junio de 2021, en el sector privado registrado casi no hay pérdida del poder adquisitivo. En cambio, en el sector público sí hubo una pérdida de casi el seis por ciento. Eso es importante.
-Matías Kulfas dijo que “no es posible que haya un shock” al dólar por las elecciones. ¿Coincide?
-Estoy de acuerdo. Eso es un activo para el oficialismo. El Gobierno ha demostrado cierta pericia en la administración del frente externo, que es una de las cuestiones más complicadas en términos macroeconómicos. La Argentina arrastra un problema crónico de divisas. No se ven posibilidades de problemas severos con el dólar, es decir, que se disparen los dólares financieros. ¿Por qué? Porque no sólo hay reservas, sino que todavía tenés un saldo positivo. El BCRA terminó con reservas netas positivas en todos los meses de lo que va de este año. Es decir, el BCRA está comprando dólares, en vez de perder reservas, como pasó durante los últimos años. Ya recompuso 7300 millones de dólares de reservas. Dicho eso, el dólar blue puede tener alguna fluctuación, pero es un mercado extremadamente chico, que no termina de incidir. En cambio, los dólares financieros están estabilizados, sin mayores sobresaltos.
-En este contexto, ¿el FMI va a avanzar con un acuerdo con la Argentina o esperará a que pasen las elecciones?
-Se venía hablando de que el FMI recién iba a firmar el acuerdo luego de las elecciones o en 2022. Ahora, hay fuertes rumores sobre que estarían cerrados los trazos gruesos de un acuerdo.
-¿Le llama la atención ese giro?
-No, no me llama la atención porque la oposición argentina es razonable y no va a intentar generar un acuerdo extraordinario. Aparentemente, aún no hay nada oficial, se cerró que el FMI estaría dispuesto a no cobrar la sobretasa que debería pagar el país por renegociar el acuerdo stand by que firmó con Macri. Eso implicaría un ahorro de alrededor de diez mil millones de dólares. Es razonable en el marco de lo que viene marcando el gobierno sobre la co-responsabilidad del gobierno en el préstamo.
-¿Qué puede pasar con la inflación y la pobreza en el próximo año? Las subas de ambos índices son preocupantes
-La inflación venía bastante controlada durante 2020, sobre el final se empieza a acelerar, en una dinámica importante hasta abril de este año. Desde ese momento se logra un camino descendente. Vamos a terminar con una inflación más elevada con respecto al año pasado. En 2020 terminamos con 35% y hoy ya estamos con 29% hasta julio, por lo que vamos a terminar por arriba de la cifra del año pasado.
Lo importante no es cómo se cierra el año, sino que se mantenga el camino persistente de baja de inflación. Esto debe ser de forma muy gradual. No veo posibilidad de reducir muy fuerte la inflación, pero sí de lograr que esté por debajo de tres puntos mensuales y avanzar en esa reducción gradual.
-¿Piensa que el Gobierno podrá reducir la pobreza?
-No sólo es importante que la baja de la inflación sea gradual, sino lograr, al mismo tiempo, que vaya mejorando el ingreso. Para eso, el Gobierno está impulsando la reapertura de las paritarias. En la medida en que se logre eso y se mantengan controlados los precios de la canasta básica, la pobreza debería empezar a ceder.