El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, se aproxima al Día D en el que deberá abandonar su cargo. Incluso en caso de que ganara Daniel Scioli el ballottage, él abandonaría la línea de sucesión presidencial y pasaría a ser un ministro de la Nación.
Pero las encuestas parecen apuntar a un triunfo de Cambiemos, lo que implica que Domínguez volverá al llano, al menos por el próximo bienio. Lamentablemente, las últimas fotos en su rol de presidente de la Cámara baja lo recordarán como artífice necesario de un escándalo: la designación de miembros de La Cámpora como directores de la Auditoría General, en medio de las denuncias de la oposición.
“Cumplió su último deber”, relata a Noticias Urbanas uno de sus adláteres, que reconoce que Domínguez no estuvo feliz de tener que acometer la orden que vino desde la Casa Rosada. Pero es un “PJ cuadradito y vertical”, como lo califican quienes lo conocen, así que no llevar a cabo el pedido presidencial no estaba en sus opciones.
“Domínguez va a ser la pata bonaerense de Urtubey, cuando el salteño empiece a despegar para lo nacional”, explica uno de los dirigentes opositores de mayor diálogo con el kirchnerismo. Los que avizoran una implosión del Frente para la Victoria por el triunfo de Mauricio Macri creen que el gobernador reelecto de Salta será, junto con Sergio Massa, uno de los líderes del peronismo que viene.
Cerca de Domínguez no desmienten ni ratifican. “Es posible. Ellos hablaron por teléfono hace unos días”, agregan desde el entorno del hombre de Chacabuco. La sintonía entre ambos dirigentes no sólo es justicialista, sino también religiosa: los dos son católicos practicantes de buena relación con el Vaticano (incluso, el salteño impulsó la polémica educación religiosa obligatoria en la escuela pública de su provincia).
El diputado próximo a cumplir su mandato todavía no termina de digerir lo que los suyos dejan trascender por lo bajo: que Aníbal Fernández habría cometido fraude en el Correo y logró así ganar la primaria abierta, llevando luego a la derrota kirchnerista en la Provincia.
Desde agosto, se limitó a hacer campaña por Daniel Scioli, que le prometió un lugar en su gabinete. Pero ante la posibilidad cierta de que el peronismo pierda a nivel nacional, muchos barones del PJ ya planifican su destino de cara al 2019. Entre ellos, Urtubey, que para acercarse al masivo electorado bonaerense, parece estar pensando en Domínguez.
La duda es, cómo no, el destino de la presidenta Cristina Kirchner. Si logra ser una referencia ineludible como opositora (en caso que gane Macri) o como jefa política (en caso que gane Scioli), a Urtubey se le haría difícil cosechar en territorio bonaerense. El 22 de noviembre parte de estos misterios, al fin, comienzan a develarse.