El acceso a la educación en nuestro país es una meta ampliamente lograda, tanto en el nivel primario como en el nivel secundario. Son la permanencia y el egreso del sistema los factores más complejos en los que aún queda mucho camino por recorrer: de cada 100 chicos que ingresan al secundario solo 50 egresan en tiempo y forma. Además, se estima que luego de la pandemia por lo menos 1,5 millones de alumnos no volverán a la escuela. En pos de atender esa problemática el miércoles de la semana pasada se dictaminó un proyecto de ley que crea el “una Estrategia Nacional para Fortalecer las Trayectorias Educativas”. Se espera que el proyecto se convierta en ley en las próximas semanas.
La vicepresidenta de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, Victoria Morales Gorleri, explicó: “Este proyecto busca soluciones de intervención inmediata y de largo plazo para los pibes que están en situación de vulnerabilidad educativa, el 50% de los chicos de nuestro país. Sumado a estos indicadores, otra de las problemáticas que emerge cuando se analizan las voces de los estudiantes es la brecha que existe entre sus intereses y lo que la escuela les ofrece. Si tomamos como base la ‘Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes 2016-2017’, presentado de manera conjunta por el INDEC y el Ministerio de Producción y Trabajo, las múltiples causas del abandono escolar están motivadas por problemas de oferta educativa (31,9%), porque el contenido impartido no logra captar el interés de los niños trabajadores o ayudarlos a superar sus dificultades (26,4%), por dedicarse a tareas de cuidado (13,9%), por dificultades económicas (11,4%), o por trabajo (10%). Es urgente plantear una solución a un problema que es realmente una tragedia para ellos pero también para todos nosotros como sociedad. Necesitamos lograr que los chicos permanezcan y egresen del sistema pero no a como dé lugar sino que estén aseguradas las mejores condiciones con una mirada integral que aporte a una educación de calidad considerando todas las dimensiones que los atraviesan. Apuntamos a acompañarlos de forma urgente y con un trabajo en conjunto de las escuelas, las familias y la comunidad toda, es decir formando redes y equipos interdisciplinarios para mirar a los pibes en su integralidad y no solo con el guardapolvo blanco puesto, no solo cuando están dentro de la escuela sino mirando lo que les esta pasando en sus casas, en sus comunidades, sus contextos socioeconómicos, emocionales,etc. Debemos tener esta mirada integral y temprana para prevenir el abandono y salir a buscar a los que estamos perdiendo, porque la mitad de ellos se nos están quedando afuera”.
La permanencia en la escuela responde a factores educativos, pero también a factores sociales, económicos y de contingencia (como en este caso la pandemia), la permanencia se relaciona también con la sobreedad y es justamente la tasa de sobreedad –por ingreso tardío al sistema o por repitencia- el otro indicador que revela problemáticas específicas para la educación. La misión de esta estrategia y de los programas que de ella deriven será promover acciones de educación inclusiva que garanticen el acompañamiento y fortalecimiento a las trayectorias escolares para que sean continuas y completas para todos los chicos de la educación obligatoria, en igualdad de condiciones. Con especial énfasis en las comunidades en situación de vulnerabilidad, y acompañar a aquellas alumnas y alumnos que han abandonado, o estén en riesgo de abandonar.
Para lograr ese objetivo se implementarán programas socio educativos y pedagógicos contextualizados; con criterios y propuestas que consideren de manera integrada la dimensiones socioafectivas y cognitivas en los procesos de enseñanza y de aprendizaje y que contemplen pautas de evaluación, acreditación y promoción , fortaleciendo el acompañamiento específicos para todos los niveles educativos. Además, se fortalecerán los equipos de apoyo y orientación a las escuelas para que contribuyan a generar las condiciones institucionales necesarias para responder a las problemáticas pedagógicas, socioafectivas, de convivencia y psicológicas que se presenten durante el proceso de retorno progresivo a la escolaridad presencial, semipresencial o combinada.
“Y es que las escuelas transitan actualmente y transitarán por climas escolares atravesados por las coyunturas socio económicas y de emergencia. Es por eso que tenemos que fortalecer los dispositivos institucionales, el trabajo de los equipos de conducción y de los docentes. No podemos dejar solos a nuestros maestros, tenemos que ofrecerles las herramientas para que puedan ejercer su vocación y afrontar los nuevos desafíos generados a partir de la suspensión de la escolarización presencial y acompañar el proceso de retorno progresivo a las escuelas con la mirada en las trayectorias escolares”, aseguró Morales Gorleri.
“El sistema educativo tiene tres desafíos: el acceso, la permanencia y el egreso de los chicos, y atravesando estas tres dimensiones, la calidad. Es nuestra obligación que las chicas y los chicos puedan ejercer su derecho y desarrollar y construir procesos educativos integrales ,completos y de calidad. Es nuestra obligación urgente ofrecerles a los chicos una escuela que los conquiste, que les proponga la esperanza de que La Educación es el camino para transitar y proyectar su vida de la mejor manera”, finalizó una de las autoras de unos de los tres proyectos en discusión.