La Justicia de la Ciudad ordenó la reposición de todos los adoquines removidos en las calles del barrio porteño de Palermo para que “las calzadas queden en el mismo estado en el que se encontraban antes del comienzo de las obras”.
El fallo, dictado por la Sala Tercera de la Cámara en lo Contencioso Administrativo y Tributario porteña, hace especial hincapié en la zona delimitada por la calle Nicaragua, entre Armenia y Aráoz.
El tribunal hizo lugar al planteo de Federico Travi, Karina Beorlegui y Ricardo Castañeda, tres artistas estrechamente vinculados con el tango, que pidieron a la Justicia “la nulidad de los actos administrativos que autorizaron las tareas de remoción de los adoquines en la totalidad del barrio de Palermo”.
El reclamo de los vecinos y artistas apuntaba contra el Ministerio de Ambiente y Espacio Público del Gobierno porteño, y había sido rechazado en primera instancia, pero el tribunal de alzada, con las firmas de los jueces Gabriela Seijas y Hugo Zuleta, más la disidencia de Esteban Centanaro, lo revocó sobre la base de “la normativa existente en materia de protección de adoquinado”.
El voto mayoritario subrayó que la legislación vigente “declara integrante del patrimonio cultural a las calles construidas con adoquinado granítico que integren el catálogo definitivo previsto en la ley“.
“Ello permite concluir que no todos los adoquines que hay en la Ciudad de Buenos Aires gozan de protección, sino sólo los que integren ese catálogo, conformado a partir de un inventario provisorio de calles construidas que van a elaborar las juntas comunales”, añade la resolución, de 12 páginas.