En La Plata ya se siente el impacto de los recortes que dispuso el gobierno nacional. Es casi el “no hay plata”, versión bonaerense. A más de tres meses de la gestión de Javier Milei, el gobernador Axel Kicillof busca garantizar el pago de salarios y aguinaldos, pero los gremios estatales ya fueron advertidos de que el escenario es por demás complejo y de difícil proyección. El acuerdo paritario es mes a mes y está atado a la inflación.
En las últimas horas hubo una reunión convocada por el ministro de Economía bonaerense, Pablo López, con representantes de un buen número de gremios. El motivo del encuentro fue para poner sobre la mesa la realidad financiera de la provincia. El ministro de Kicillof explicó el estado de situación general de la provincia y la estructura económica de ingresos que tiene a través de la coparticipación, la recaudación, a qué se asignan los recursos y cantidad de empleados públicos con los que cuenta Buenos Aires; que en promedio -junto con la provincia de Córdoba- es la que menos empleados públicos tiene del país en relación a la población con la que cuenta.
El Ejecutivo bonaerense adelantó a los gremios que “se entró en una zona de dificultades económicas”, aunque la prioridad será el pago de salarios y aguinaldos. El punto atendible es que el Gobierno planteó que no tienen certezas si los futuros ofrecimientos salariales seguirán atados al índice inflacionario y que será complejo llevarlo por encima de la inflación. De ese encuentro, no participaron los gremios docentes.
A principio de año, Kicillof acordó con los gremios una instancia de paritaria abierta. Por eso, mes a mes hay una nueva etapa de negociación. En lo que va del 2024, Kicillof otorgó a todos los trabajadores de la administración pública un 13,5% para el mes de marzo que se sumó al 20% del mes de febrero y el 25% de enero. En los próximos días debería llegar la convocatoria formal para rediscutir los salarios de abril; pero la advertencia ya fue hecha.
La respuesta de los gremios ante este escenario que planteó el ministro de Economía fue, en principio, de un reconocimiento de la gestión que lleva adelante Kicillof. En los hechos, el respaldo es político y se sostiene desde el inicio del mandato. También destacaron la negociación “sincera” y de “buena fe”, que propone Buenos Aires. Además, se planteó el acompañamiento a algunas medidas que llevó adelante en el último tiempo el gobierno bonaerense que tuvieron como objetivo gravar a los sectores más concentrados: puntualmente la estructura tributaria en el impuesto inmobiliario rural, donde se establecieron aumentos por encima del 200% a 2.138 partidas; lo que representa el 0,7% del total. Se trata de propiedades cuya valuación es superior $198.940.000 de base imponible.
El titular de Economía bonaerense viene alertando de algunos índices que van en franco retroceso. “En marzo, la recaudación tributaria nacional tuvo su mayor caída histórica (-17% en términos reales). El primer trimestre redondeó el menor nivel recaudado en más de 15 años. El ajuste indiscriminado es un círculo vicioso”, aseguró López. Dicha caída también corre para el período 2023, solo que en un porcentaje menor. De la recaudación tributaria se formaba, por ejemplo, el FOFOFI que significa el 1,8% de la recaudación nacional.
Pese a la compleja situación que atraviesa el Ejecutivo bonaerense en el plano financiero, políticamente Kicillof sigue mandando señales directas a Casa Rosada. Una de las últimas tuvo que ver con la homologación a nivel provincial de la paritaria del gremio de Camioneros, por encima de la inflación.