Kicillof quiere armar las listas legislativas en plena interna peronista

Kicillof quiere armar las listas legislativas en plena interna peronista

Es parte del plan para ganar autonomía y presencia.


El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, planea desempeñar un rol crucial en la confección de las listas legislativas para las elecciones de 2025. Su intención es obtener una mayor independencia política y establecer un “oficialismo axelista” que le facilite fortalecer su administración en los dos años que le quedan de mandato. Al menos, eso es lo que sugieren sus colaboradores políticos.

Los estrategas del gobernador desarrollan un plan que incluya listas alineadas directamente con su liderazgo, con candidatos que encarnen las prioridades políticas y de gestión del Ejecutivo provincial.

Esto podría lograrse mediante la unidad con otros actores o, como sugieren los más firmes y decididos, mediante listas independientes. Esta intención refleja un cambio en su papel dentro de la coalición oficialista, dado que hasta ahora su influencia en la estructuración legislativa había sido limitada frente al peso de otros líderes de Unión por la Patria.

Kicillof avanza en la formación de un frente político liderado por él. A finales del año pasado, insinuó que su deber como gobernador era asumir “la construcción de un frente político”. Esta semana, bajo la coordinación del ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, y el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, se dio el primer paso. Los funcionarios dirigieron una reunión con representantes de diversos sectores para comenzar a coordinar acciones y organizar el espacio para lo que resta del año, a través de las mesas distritales bajo el lema “Es con Axel”.

La estrategia y el planteamiento que desarrollan los colaboradores en el ámbito político de Kicillof se enfrentan con las insinuaciones provenientes, por ejemplo, de La Cámpora. Facundo Tignanelli, presidente del bloque de Unión por la Patria (UP) en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, es un caso representativo.

Cuando las conversaciones sobre el Presupuesto y la Ley Fiscal Impositiva para 2025 comenzaron a estancarse y la oposición sugirió que el conflicto era interno, el legislador alineado con Máximo Kirchner tomó una postura clara.

“Durante este año recibimos 16 proyectos (incluyendo presupuesto y fiscal) iniciados desde el Ejecutivo provincial, de los cuales fueron aprobados 12 (y 2 serán tratados en la sesión de hoy)”, decía el pasado 27 de diciembre antes de que la sesión por el Presupuesto se cayera. “De aprobarse ambas iniciativas, el día de la fecha habremos alcanzado 14 de 16 proyectos con un bloque en minoría que representa apenas 37 de los 92 diputados del cuerpo. En términos futbolísticos —y políticos también— el resultado manda”, planteaba el titular del bloque de Unión por la Patria (UP), que también aseguró que los 37 integrantes de la bancada que representa se iban a sentar a votar las iniciativas del Ejecutivo.

Kicillof enfrenta el desafío de mantener la unidad dentro del peronismo en un contexto de fuertes disputas internas. De sostenerse el esquema de acuerdo, la negociación con Cristina Fernández de Kirchner y con los intendentes del conurbano será clave para definir el reparto de lugares en las listas. Estos actores controlan importantes porciones del aparato territorial y electoral de la provincia, y su despliegue será esencial para garantizar la competitividad del oficialismo.

Por otro lado, el Frente Renovador, liderado por Massa, también buscará asegurar espacios en la Legislatura como parte de su estrategia de mantenerse relevante dentro de la coalición. Actualmente, el FR ostenta la poderosa presidencia de la Cámara de Diputados bonaerense, bajo la figura del ex ministro de Transporte de la Nación, el diputado provincial Alexis Guerrera.

Las aspiraciones de Kicillof de consolidar un bloque legislativo propio son vistas como un paso necesario para reforzar su capacidad de gobernar durante los últimos años de su mandato. Actualmente, el gobernador depende de acuerdos internos que muchas veces limitan su margen de acción en la Legislatura. En el esquema político del gobernador avisan que el “oficialismo axelista” que busca construir es un instrumento clave para avanzar con su agenda política sin mayores obstáculos. Sin embargo, la ejecución estará atada al resultado electoral de las legislativas 2025.

En las elecciones de este año, el peronismo pondrá en juego 19 bancas, de un bloque total de 37 integrantes. De los diputados que vencen mandato hay seis nombres de La Cámpora (Maite Alvado, Ariel Archanco, Fernanda Díaz, Berenice Latorre y Facundo Tignanelli); cinco del Frente Renovador (Carlos Puglelli, Ayelén Rasquetti, Juan Malpeli, Nicolás Russo y Fernanda Bevilacqua), las bancas donde tienen anclaje los diferentes sectores de los intendentes oficialistas y que ocupan Alejandro Dichiara, Carlos Rolleri, Liliana Pintos y Susana González. También vencen mandato quiénes sí responden directamente al esquema de Kicillof: la diputada Lucía Iáñez, Mariana Larroque y Carlos “Cuto” Moreno. Además, revalidan su banca, la diputada Lucía Klug de Patria Grande y el legislador Naldo Brunelli, de la Unión Obrera Metalúrgica y que se mueve cerca del sector de Kicillof.

En el Senado bonaerense la presencia del llamado axelismo es escueta. Unión por la Patria (UP) tiene un bloque de 21 integrantes, de los cuales diez vencen mandato. El cristinismo pondrá en juego la bancas de Teresa García —titular del bloque y dirigente de confianza de la expresidenta Cristina Kirchner— Daniela Viera, Pablo Obeid y María Elena Daffunchio. Los intendentes, por su parte, arriesgan las bancas de Gabriela Demaría, Gustavo Soos y Luis Vivona. El Frente Renovador también arriesga su única banca en la Cámara alta bonaerense, ya que vence mandato la senadora Sofía Vanelli.

Por su parte, el senador Eduardo Bucca que también vence mandato, mantiene un equilibro en el marco de la interna peronista. Del esquema de intendentes, también aplica esta estrategia, aunque cercana a la vicegobernadora, Verónica Magario, el senador por la Cuarta sección electora, Walter Torchio.

Durante el año pasado, la tensión en la discusión interna del peronismo tuvo su pico más alto con la elección de autoridades del Partido Justicialista a nivel nacional. Cristina Kirchner, por un lado, y el gobernador por La Rioja, Ricardo Quintela por el otro, protagonizaron semanas de discusión por el poder partidario. En ese momento, Kicillof intentó sin éxito conseguir la unidad. Optó por no confrontar con el esquema de la expresidenta, pero pidió que no ataquen a su par riojano.

En ese momento, a través de un comunicado, lanzó una línea que hizo ruido, sobre todo en distintos actores de la Legislatura bonaerense. “Últimamente, sectores de nuestra fuerza política, con quienes a veces tengo diferencias, pero también un recorrido común, afecto y coincidencias, han decidido criticarme mucho y acompañarme poco. Sinceramente, me cuesta entenderlo, pero no tuve ni tengo la necesidad de agredir a nadie para expresar el reclamo de un mayor respaldo al gobierno provincial. Sobre quienes forman parte del gabinete, estoy orgulloso del trabajo que vienen haciendo y que deseo que sigan realizando”. Kicillof no movió a sus ministros que integran La Cámpora, sostuvo el equilibrio, pero ahora quienes trabajan en su armado político pulsearán representación axelista en las listas de este año.

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