La Auditoría General de la Ciudad elaboró un informe sobre la gestión de la Dirección responsable de las bibliotecas públicas de la Ciudad (DGLBYPL) donde detectó, entre otras cosas, que durante 2015 no se compraron libros.
La Dirección del Libro, tenía aprobados 244.383 pesos para la adquisición de “material bibliográfico”, pero sólo se utilizaron 1.385,90 pesos esto implicó la sub-ejecución de casi la totalidad del presupuesto asignado.
Coletta, criticó la falta de inversión y preguntó: “¿Cómo es posible que en una Ciudad que fue elegida Capital Mundial del Libro, la dirección responsable de las bibliotecas no haya adquirido ejemplares para sus 30 bibliotecas en un año y haya bibliotecas históricas en tal mal estado? ¿Qué política de promoción de la lectura se puede desarrollar si no se compran libros y en los últimos 4 años el gasto en términos reales ha descendido un 14%?”.
Respecto a la infraestructura de las bibliotecas públicas, el informe señala serios problemas: en la biblioteca José Hernández, se observaron agujeros en el techo que impiden el uso de espacios de la planta alta, por lo que el servicio de consulta en sala se encuentra interrumpido.
En segundo lugar, en la biblioteca Antonio Devoto, se detectaron huecos en el parquet tapados con tablones de madera sueltos en el librario. La Auditoría evidenció el pésimo estado del subsuelo de la biblioteca Miguel Cané, donde se verificó humedad en los cimientos y techo que pone al lugar en riesgo de sufrir cortocircuitos eléctricos, y arruina el material de consulta que allí se guarda.
Además, se comprobó la ausencia de planes y sistemas de evacuación en casi la totalidad de la muestra de bibliotecas analizada por la Auditoría. Esto implica la ausencia de vías de evacuación debidamente señalizadas y luces de emergencia.
Finalmente, se detectó un caso de cesión ilegal del espacio de la biblioteca Miguel Cané a una fundación que utiliza la sala de lectura para dar cursos y talleres. A su vez, el informe de la auditoría señaló que el titular de la Dirección del Libro es, a su vez, miembro del Consejo Consultivo de la fundación.
Según el descargo del Director, la fundación y el Ministerio de Cultura formalizaron dicha cesión mediante la suscripción de un convenio administrativo de colaboración. Sin embargo, ante los requerimientos formulados por la AGCBA, el Ministerio de Cultura informó que “no obran en los registros convenios administrativos de colaboración suscriptos con dicha fundación”.