Está claro cuándo comenzó la caída pero no cuándo se detendrá. El deterioro en los números de imagen de Mauricio Macri y su gobierno, más, colateralmente, el impacto en la ponderación de los principales dirigentes que lo rodean, arrancó a fines de 2017 o al principio de 2018, cuando Cambiemos decidió aprovechar el envión del triunfo electoral en las legislativas para avanzar en un tema de difícil digestión para la sociedad argentina: la reforma previsional. Más allá de los intentos de la Casa Rosada por disfrazar el cambio de fórmula que golpearía el bolsillo de los jubilados, la curva empezó a descender.
El repiqueteo de una crisis que ya entra en el mediano plazo sigue haciendo mella en esas cifras. Una encuesta reciente de Opinaia, una consultora relativamente nueva, pero de las más respetadas en la actualidad, confirma este presente (oscuro) para Cambiemos.
En un sondeo realizado online, entre 3.072 casos relevados entre el 12 y el 23 de abril, presentados con un margen de error de +/- 1,8%, éstas son algunas de las conclusiones:
– El principal problema para los argentinos volvió a ser la inflación, con el 24%. Lo siguen “la economía” y la “corrupción”, con 18%; el “desempleo”, 13%; “pobreza”, 8%; “educación”, 6%; “inseguridad”, 6%. Completa “otro”, con 7%.
– La evaluación de la situación económica actual del país está en su peor momento: es 74% “negativa”. En septiembre de 2017, este mismo ítem estaba en 32%. La “evaluación positiva”, en tanto, cayó a un lapidario 4% (completa un 22% de “evaluación regular”).
– La evaluación de la gestión del Gobierno Nacional también tiene 74% de “negativa”.
– La imagen de los dirigentes sigue mostrando un descontento generalizado entre la gente, con la salvedad de María Eugenia Vidal. Cuando Opinaia presenta la imagen neta de 17 políticos, la gobernadora combina 51% de positiva con 49% de negativa. Es la única que termina con diferencial a favor. Del resto de los oficialistas, los mejorcitos (aunque con balance en rojo) son el ministro del Interior, Rogelio Frigerio (+44% y -56%); el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta (+43% y -57%) y la diputada Elisa Carrió (+41% y -59%).
– Macri es el peor de los evaluados de Cambiemos: 34% de positiva y 66% de negativa. Y perfora otro piso: después de estar durante años mejor que Cristina en este rubro, luego se puso a la par y ahora está peor. La ex presidenta tiene 39% de imagen positiva y 61% de negativa. Igual, por caso, a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
– En cuanto a las motivaciones electorales, cae el número de encuestados que quiere “que siga gobernando Cambiemos”: pasó de 28% en marzo a 25% en abril. También disminuyen los que optan por “que vuelva el kirchnerismo”: eran 31% el mes pasado y ahora están en 28%. ¿Qué crece? La variante “que gane alguien ni kirchnerista ni macrista”: subió de 35% a 38%. También aumentó tres puntos la opción del desencanto: “Me es indiferente” estaba en 6% y pasó a 9%.
– Macri, además, aparece complicado en sus pisos y techos electorales, aunque aquí queda más parejo con su antecesora. Ambos tienen un 57% de consultados que dice que “nunca lo votaría”. Pero Cristina lo aventaja por un apoyo más duro: 28% “seguramente la votaría”, contra 22% del líder de Cambiemos en este punto. La ex mandataria completa con 15% de “podría llegar a votarla” (voto blando) contra 21% de Macri.
– El que supera a ambos en este sentido es Roberto Lavagna, con un rechazo de 43% y una probabilidad de voto de 57%, aunque con sólo 13% de “seguramente lo votaría” y 44% de “podría llegar a votarlo”.
– En una eventual PASO, Cristina queda al frente con 27% (aplasta a Scioli, Solá y Rossi, que se presentan como opciones), seguida por Macri con 21% (también le gana comodísimo a Lousteau, con 4%).
– Para la primera vuelta, el Presidente oscila entre 24% y 25%, según cambie la oferta de Alternativa Federal. Queda debajo de Cristina (entre 29% y 30%), pero entra claramente en un balotaje.
– Para la segunda vuelta, Opinaia, a diferencia de otras consultoras que dan arriba a la ex presidenta, presenta un escenario bien parejo: Cristina 39%, Macri 38% y 23% de indecisos. Y cuando se despejan los indecisos, muestra un 50% a 50%. Mientras que contra Lavagna y Massa, el Presidente pierde y gana respectivamente.
Como siempre, son tan importantes los apoyos como los rechazos. Terminarán definiendo la elección –también como siempre- los “votos blandos”, los eventuales que lo mismo pueden votar una opción como la otra.