La carta que publicó en redes sociales el miércoles la exvicepresidenta Cristina Kirchner tuvo impacto en su propio espacio: en el Senado, algunos legisladores de Unión por la Patria (UP) calificaron de “inoportuno” el documento, lo que vuelve a agitar las aguas en la bancada que comanda el formoseño José Mayans.
“Nosotros ya tenemos cuestiones propias acá y desde el 10 de diciembre nos arreglamos por nuestra cuenta. No ayuda a la convivencia interna”, reconocieron desde la bancada kirchnerista. Los planteos se dieron a horas de publicada la carta, en una reunión de interbloque que comenzó durante la tarde del miércoles y se extendió hasta la noche de dicha jornada.
El primer conflicto en Unión por la Patria (UP) se dio con la votación de autoridades, donde el kirchnerismo tuvo una postura de abstención y de poca consulta interna sobre cómo accionar ante un oficialismo y una oposición no cristinista que, con 39 votos, se quedaron con las principales autoridades de la Cámara alta y con una distribución en la integración de las comisiones.
Aquella ocasión resultó un traspié para Mayans, a quienes colegas apuntaron por haberse preocupado sólo para que no quedara como titular provisional del Senado -segundo lugar de sucesión presidencial- el libertario formoseño Francisco Paoltroni. Dicho lugar fue para el también oficialista Bartolomé Abdala (San Luis).
Tras la sesión preparatoria, un grupo de senadores aprovechó un encuentro para remarcar el error de acatar a rajatabla la decisión cristinista para minimizar daños y, de esa manera, no regalar una victoria plena a Villarruel y al conglomerado opositor de radicales, macristas, peronistas no K y provinciales. Es decir, estaban dispuestos a no romper desde el vamos con el oficialismo de La Libertad Avanza (LLA).
El segundo desencuentro se dio cerca de fin de año, con senadores de Unión por la Patria (UP) que no querían aceptar la vicepresidencia del Cuerpo, que le corresponde por ser la primera minoría, y tampoco negociar eventuales presidencias de comisiones menores pese al diálogo que intentaba reflotar el oficialismo. De hecho, este tema preocupa aún a una parte del bloque ante el inminente llamado a sesión preparatoria que obliga el reglamento -en principio, el viernes 23- para ratificar autoridades.
La postura de los senadores que se animan a plantear otros puntos de vista -imposible durante la gestión anterior- refleja una mirada simple: tener mínimos contactos con el oficialismo apunta a un escenario menos confrontativo sin un acercamiento formal ya que, según consideran los senadores involucrados, el Gobierno comete “errores todos los días” y es mejor dejarlo ser, pero sin forzar todo el tiempo la vereda de enfrente.
En la primera sólo firmaron cinco; después, 32 y, en la última del jueves, la totalidad de los 33. Recién entre la segunda y la tercera apareció el documento de Cristina, por lo que la unión de la bancada fue obra y arte de las decisiones del Gobierno sobre la Ley Ómnibus y el destrato hacia gobernadores.