Martín César es el presidente de Jóvenes Pro Capital, el semillero de militantes que respaldan a Mauricio Macri, de donde surgieron algunos de los principales referentes de Cambiemos, entre ellos, el jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña. César empezó su militancia a los 17 años, en su último año de secundaria; hoy, a los 26, además de liderar a los jóvenes macristas de la Ciudad, tiene un cargo gerencial en la Jefatura de Gabinete de la Ciudad, desde donde coordina las 15 comunas.
Orgulloso de la performance del oficialismo en las elecciones a nivel nacional, pero especialmente en la Ciudad, resalta el fuerte trabajo de los jóvenes macristas en la campaña al “militar en el territorio para acercar a los candidatos a los vecinos”. “Funcionamos como un puente”, asegura.
–¿Qué significa para el Pro haber ganado estas elecciones?
–En el plano nacional fue un gran avance de esta ola de cambio que se inició en 2015. Una ola de cambio que fue apuntada a medidas de fondo y al cambio cultural en la gente. Tuvimos buenas sorpresas en distintos distritos. Y la cuestión del cambio puso en jaque el mito de la imbatibilidad en La Pampa, en San Luis y en la provincia de Buenos Aires, un distrito donde estamos gobernando y cuyo resultado fue más que positivo. Quedó en claro que la elección fue la propuesta de cambio y futuro que representamos nosotros, en contra del pasado que estaba encarnado por la expresidenta. Y en los lugares donde no sacamos buenos resultados tenemos que ver no solo cómo mejorar la performance electoral sino qué cosas de la gestión podemos optimizar.
–¿Y en la Ciudad?
–No fue solo una alegría enorme, sino también una muestra de que se apoyó esta idea de cambio y una gestión transformadora que arrancó Mauricio [Macri] y hoy lleva adelante Horacio [Rodríguez Larreta] con todo el equipo, gracias también al gran respaldo a Lilita [Carrió] y a su lucha histórica por la transparencia. Para hacer que el Congreso vuelva a ser un poder del Estado con gran preponderancia y no una escribanía. Fue un gran respaldo a Cambiemos.
–¿Qué le aportan los Jóvenes Pro a la Ciudad?
–La cuestión de la cercanía es un valor fundamental. La idea de que los funcionarios no son seres mitológicos. Y Horacio es el primero en rescatar la cercanía. Se reúne tres, cuatro, cinco veces por semana con los vecinos. Como juventud, tenemos que acercar a los dirigentes que están en la tele al propio militante y también a los vecinos. Queremos ser un puente.
–¿Cuáles fueron sus actividades de campaña?
–Hicimos actividades a rolete. Como el año pasado fue un año de hiperactividad, teníamos los músculos bastante calientes para salir este año a la campaña. Despegamos de una manera muy piola. Nos metimos en muchos temas territoriales, en reuniones con vecinos, encuentros con clubes, en los barrios y las villas. En la difusión y promoción de las cosas que se estaban haciendo. Como estábamos a cargo de la juventud, teníamos encuentros con jóvenes. Funcionamos como un puente entre los vecinos y los candidatos, pero también entre los candidatos y la juventud. Muchos jóvenes están muy a favor de todo lo que estamos llevando a cabo.
–¿Qué críticas le hace al Pro?
–Este es un gobierno de la verdad y sabemos que hay cosas para mejorar. Por ejemplo, el tema de la pobreza. Es inmoral que este país produzca alimentos para 400 millones de personas, seamos 40 millones de habitantes e igualmente haya gente que tiene hambre. Que haya gente que todavía no tenga cloacas, agua potable, luz, que no pueda salir de su casa porque tiene la calle embarrada porque llovió. Hemos desperdiciado una oportunidad histórica, porque tuvimos una de las mayores bonanzas económicas y el kirchnerismo se la gastó en populismo, despilfarro y bolsos con plata metidos en conventos. Esta semana se cumplieron dos años y medio de la tragedia de Once y eso fue por una muy mala gestión. Se investigó y salió a la luz que hubo corrupción. Lo cual da mucha más bronca, porque no fue un accidente. Fue una gestión muy terrible y tenemos que tomar el toro por las astas. Este fue un año muy bueno, el año pasado fue muy duro pero teníamos que tomar medidas de fondo. Si dejábamos que todo siguiera igual, terminaba estallando. Y este fin de semana hubo récord en turismo, la inflación empezó a ceder y hay menos pobreza que cuando empezamos.
–Tiene 26 años y ya ocupa un cargo de coordinación en el Gobierno, ¿qué balance hace de su temprana carrera política?
–Soy un agradecido por todo lo que viví. Arranqué en el Pro en 2008. El primer año de la gestión de Mauricio, en 2008, fue mi último año del secundario. Ahí empecé a meterme no tanto como militante sino como adherente. Iba a las actividades, a algún que otro encuentro. Tenía 17 años. Y en 2009 empecé a militar más fuerte, cuando Macri fue a las elecciones con Francisco de Narváez. Entré en 2011 a trabajar en el Gobierno de la Ciudad, pero no por el Pro, sino por una convocatoria que hicieron a las universidades. Trabajé entre 2011 y 2015 en las comunas 14 y 15 como asesor de Maximiliano Corach. Fui parte de la gestión que hizo nacer las comunas, las conozco bastante. Yo estaba a cargo del tema de participación ciudadana, de control de gestión, planificación. El sistema comunal está muy bueno porque cada seis meses el presidente de cada comuna tiene que presentar ante el Consejo Consultivo, que es un organismo de participación vecinal que está enmarcado dentro de la Constitución, un informe sobre lo que se hizo en ese período. Yo trabajaba con eso y, en 2015, me surgió la posibilidad de desempeñarme con Sergio Constantino, que es el actual secretario de Descentralización, quien me puso a cargo del Consejo de Coordinación Intercomunal, que es el espacio de debate, consenso y planificación entre las 15 comunas y el Gobierno de la Ciudad. El año pasado, por ejemplo, se hizo un plan de arbolado impresionante, creo que el mayor de la historia. Se hizo un trabajo enorme. Laburar acá es un aprendizaje enorme.
–¿Cómo funciona la Secretaría de Descentralización?
–Depende de la Jefatura de Gabinete. El área trabaja con las 15 comunas y busca descentralizar competencias, roles y funciones para lograr que estén más empoderadas. Yo soy un eslabón en el medio, trabajo con los presidentes de las comunas.
En primer plano
• Un lugar. “Mi club.”
• Un restaurante. Star Burger o El Bodegón de Quique (Scalabrini y Honduras).
• Una comida. Asado con la familia y amigos.
• Un personaje. Winston Churchill.
• Una frase. “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.”
• Un libro. El extranjero, de Albert Camus.
• Una película. Rocky, de John G. Avildsen.