También definieron que habrá un congreso, pero antes habrá un plenario de secretarios generales. En el primero, los secretarios generales, se reunirán el cinco de agosto para trazar las líneas para el segundo congreso, el de la unidad, que se concretará el 22 de agosto.
En el cónclave de ayer se definió también que el cinco de agosto se difundirá “un documento político” en el que la CGT pondrá el eje en la “difícil situación económica” que deben soportar los trabajadores como consecuencia del incremento de las tarifas de servicios públicos y por el “costo de la canasta familiar, que va en aumento”.
Los líderes sindicales que conforman “la mesa chica” del movimiento obrero enviaron hacia todos los sectores -el Gobierno, el Partido Justicialista, los sindicalistas que se mantienen fuera de “los cuerpos orgánicos” y la política en general- una fuerte señal de que el proceso va en serio y que sus reclamos serán planteados con una dureza mucho mayor ante quien corresponda.
El encuentro producido en la Biblioteca Eva Perón del sindicato de Camioneros, en el barrio porteño de Parque Chacabuco, ubicado sobre la avenida José María Moreno contó con la presencia de Hugo Moyano (Camioneros), Antonio Caló (UOM), Carlos Acuña (SOESGYPE) Héctor Daer (Sanidad), Mario Caligari (UTA), Omar Maturano (Fraternidad), Andrés Rodríguez (UPCN), Amadeo Genta (Municipales) y Abel Frutos (Panaderos).
Pero, así como fue emblemática la presencia de los principales dirigentes, también fueron destacables las ausencias. En primer lugar, uno de los que aspiraban a representar al moyanismo (CGT Azopardo) en el triunvirato de conducción, Gerónimo Venegas, no estuvo en Parque Chacabuco. Tampoco estuvo allí Sergio Palazzo, radical del gremio bancario que también había manifestado su deseo de formar parte del trío conductor.
Por último, Luis Barrionuevo, que lidera la CGT Azul y Blanca pero suele tener juego propio, como por ejemplo, desertar a último momento del acto realizado el 29 de abril pasado, envió en su lugar a Carlos Acuña. El impredecible líder de los gastronómicos sostiene, junto a Venegas, la bandera de ser los más cercanos al presidente Mauricio Macri.
Por el contrario, la ausencia de los principales dirigentes del Movimiento de Acción Sindical Argentino tiene que ver con una discusión aún no saldada. El MASA contiene en su seno a pocos pero importantes gremios, como los taxistas, mecánicos, Luz y Fuerza y telefónicos y exige que en lugar de un triunvirato haya un cuarteto conduciendo la CGT y que uno de sus dirigentes sea el cuarto hombre. De todos modos, ninguno de ellos revista hoy en la conducción de ninguna de las tres fracciones cegetistas, por lo que su ausencia física era previsible. La complicación existiría si ésta se convierte en una disidencia, por el peso específico propio de sus sindicatos.
Por estas razones, los faltazos no fueron, indudablemente, casuales. La unidad de la CGT será la de las amplias mayorías, pero no de la totalidad, siguiendo una inveterada tradición cegetista, que siempre marcó alguna ausencia en la foto final.