La ciudad de Buenos Aires comenzará con actividades de acompañamiento educativo de estudiantes de 7º grado de primaria y el último año de secundaria en los patios de las escuelas a partir del próximo martes 13.
Los colegios privados, informaron desde el Ministerio de Educación a cargo de Soledad Acuña, “están invitados a avanzar con lo propio, para los mismos grados y años, previa autorización” de esa cartera.
Esta decisión se tomó luego de que el Consejo Federal de Educación aprobara este jueves la vuelta progresiva a clases presenciales en cada distrito del país. La vuelta a clases presenciales progresiva solo será posible en los distritos que registren bajo riesgo y deberán cumplirse los nueve puntos enunciados y las condiciones institucionales y sanitarias previstas en el protocolo marco aprobado el 2 de julio, informaron desde el Ministerio de Educación de la Nación.
Esta iniciativa se dio luego de que el Gobierno de la Ciudad volviera a presentar un protocolo para la vuelta a las clases presenciales de un grupo de alrededor de 6.000 alumnos que se quedaron sin conectividad durante la cuarentena. Este pedido de regreso a las aulas fue cuestionado por los gremios docentes.
El último protocolo presentado propone, entre otras medidas, que esas clases se dicten en los patios de las escuelas. Nación no definió aún si dará lugar a ese pedido que, según la cartera de Acuña, se acoge a los criterios aprobados por el Consejo Federal de Educación para el retorno a la actividad presencial.
Ahora, la situación es otra ya que desde el propio Consejo Federal de Educación se aprobó la vuelta progresiva a clases presenciales en cada distrito del país. De esta manera, la Ciudad tiene el poder de decidir el retorno a las aulas.
Hasta la culminación del ciclo escolar 2020, las jurisdicciones de todo el país promoverán el regreso progresivo, parcial y escalonado a actividades presenciales con el objetivo de revincular a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de un modo distinto al de clases presenciales antes de la pandemia.
Se trata de una presencialidad limitada, enmarcada en los protocolos de regreso consensuados.