La comunidad holandesa en Buenos Aires tiñó de naranja el barrio de Palermo, donde celebró con un desayuno real la investidura en Ámsterdam de Guillermo de Orange y la argentina Máxima Zorreguieta como reyes de los Países Bajos.
Tres imágenes de los nuevos monarcas, que accedieron al trono tras la abdicación de la reina Beatriz, y banderas de los Países Bajos fueron colocadas en el ingreso al coqueto salón Oval de la tribuna oficial del Hipódromo de Palermo, epicentro, desde temprano, de los festejos porteños de los holandeses.
La celebración fue organizada por la Embajada de los Países Bajos, a cargo del diplomático Hein de Vries. Se colocó una pantalla gigante en las pistas del hipódromo y decenas de televisores dentro del recinto para transmitir el acontecimiento.