Mientras hablaba Sergio Massa -eran las 22:50- se veía en el Hotel Intercontinental a una variada gama de dirigentes, militantes -se destacaba el fervor de la juventud- y famosos que adhieren al kirchnerismo que buscaban datos que desmintieran una serie de derrotas que ensombrecen el panorama futuro del Gobierno nacional.
Una cierta desazón comenzaba a esta hora a alarmar a los simpatizantes kirchneristas. Las posibles derrotas e inesperadas en Jujuy, San Juan -adonde se producía una inesperada victoria del candidato de los Rodríguez Saá- le ponían dramatismo a una serenidad que comenzaba a teñirse de preocupación.
Se rumoreaba, entretanto, que después que terminara el discurso de Massa, la presidenta iba a bajar a enfrentar a las cámaras para hacer una evaluación de los resultados electorales.