La reducción de la jornada laboral se mete en el Congreso

La reducción de la jornada laboral se mete en el Congreso

Hay proyectos de legisladores oficialistas, opositores y de izquierda.


El avance de la tecnología, que permite a las patronales reducir sus planteles laborales y las nuevas modalidades de trabajo están haciendo tambalear la forma en la que los trabajadores producen.

Por su parte, la pandemia marcó un antes y un después en cuanto al trabajo remoto, ya que la cuarentena obligó a que muchos trabajadores continuaran con sus labores desde su propio hogar o desde alguna otra parte, evadiendo la tradicional necesidad de trasladarse hasta la oficina.

Este cambio de paradigma, aparentemente llegó para quedarse y ahora la cuestión pasa por analizar cómo se trabaja, cuánto y para qué.

La discusión en la Argentina fue instalada ya hace años, pero el tema recobró importancia en los últimos días, porque tanto la CGT (Confederación General del Trabajo) como una serie de legisladores volvieron a poner el planteo sobre la mesa.

En el acto por el Día Internacional de los Trabajadores, la CGT emitió un documento, en el cual se planteó la necesidad de discutir “un modelo de relaciones laborales que nos coloquen en un mundo que debate la reducción de la jornada de trabajo como medio de generar más empleo y distribuir mejor el beneficio extraordinario del capital”.

Además, la dirigencia sindical remarcó que “es falso e intencional decir que los convenios colectivos de trabajo son anacrónicos” porque, por el contrario, ayudan a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.

La propuesta también llegó al Congreso de la Nación. Si bien hay varios proyectos presentados, uno de los primeros legisladores que manifestó su descontento por la forma en que se aborda la jornada laboral en el país fue Nicolás del Caño (Partido de los Trabajadores Socialistas), que presentó una iniciativa para reducir las horas de trabajo sin bajar los sueldos, para de esta manera mejorar el nivel de empleo.

El legislador izquierdista explicó que tiene que ser “un salario que cubra la canasta familiar y reparta las horas entre ocupados y desocupados, para que haya trabajo con derechos para todos y todas”.

Entretanto, el diputado socialista Enrique Estévez fue el autor de otra iniciativa, que propone la “acotación de la duración de la semana laboral” a treinta y seis horas, también sin reducir las remuneraciones.

Simultáneamente, desde el oficialismo fueron varios los legisladores que propusieron reducir la jornada laboral.

Uno es el secretario General de la Asociación Bancaria y diputado nacional Sergio Palazzo, que es firmante de uno de los proyectos. El suyo propone una jornada laboral de seis horas y manifiesta que el debate debe darse en un contexto en el cual haya un amplio consenso para poder llevarlo a cabo. Planteó que hay desigualdad a la hora de incrementar la producción, ya que las ganancias van para los empresarios y no para los trabajadores.

Por su parte, el diputado nacional y secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Hugo Yasky (FdT) presentó su propio proyecto, que aguarda el mismo objetivo. “Planteamos reducir horas en la jornada laboral, de manera tal que en la semana se completen 40 horas de trabajo”, explicó en una entrevista con Radio Provincia.

También, informó que “cada gremio en su convenio y de acuerdo al tipo de actividad que tenga, puede convertirla en la reducción de un día de la jornada de trabajo”.

Yasky agregó que la legisladora nacional del FdT y dirigente de la Asociación Bancaria, Claudia Ormaechea “plantea una reducción a 36 horas” semanales. Según el dirigente, la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados comenzará a discutir ambos proyectos.

En la misma línea, el senador nacional Mariano Recalde (FdT) manifestó su descontento con la forma de producir y es el autor de otro proyecto.

La iniciativa establece que la jornada de trabajo no podrá exceder de ocho horas diarias o treinta y seis horas semanales “para toda persona ocupada por cuenta ajena en explotaciones públicas o privadas, aunque no persigan fines de lucro”.

Y aclara que la ley no impide una duración del trabajo menor de ocho horas diarias o treinta y seis horas semanales.

Por otro lado, advierte que “la jornada máxima diurna salubre podrá ser ampliada a nueve horas diarias, siempre que las tareas se desarrollen exclusivamente entre lunes y viernes”. En tanto, la jornada nocturna no podrá exceder de siete horas.

En los casos en los que el trabajo se realice en lugares insalubres, que pongan en peligro la salud de los obreros, el proyecto establece que la jornada no debe exceder las cinco horas diarias o las veinte horas semanales.

Al igual que la iniciativa de Del Caño, el senador oficialista plantea que la reducción de las jornadas máximas de trabajo establecidas “no podrá llevar aparejada la reducción o la supresión salarial actual o futura en la remuneración de los trabajadores y trabajadoras”.

Por último, el objetivo del proyecto es que los salarios establecidos en los convenios colectivos no se vean disminuidos por la reducción de las horas de trabajo. Por eso, se manifiesta en el proyecto que los valores salariales vigentes deberán adecuarse a la nueva jornada mediante el incremento proporcional del valor hora.

Qué se dice del tema...