Hace casi exactamente 30 años -en septiembre de 1993- la banda de rock nacional Divididos, lanzó su disco “La Era de la Boludez”. Los temas que grabó el grupo capitaneado por Ricardo Mollo anticiparon, sin proponérselo, una realidad que hoy se muestra sin ambages en las pantallas y en las calles argentinas.
Entonces, hacía diez años que había caído la dictadura, la democracia estaba en pañales y Carlos Saúl Menem era presidente desde hacía cuatro años. Eran los tiempos de la pizza con champagne, la fiesta permanente, la paridad entre el peso y el dólar, mientras que la farandulización era la novedad de la política. Así, el cantante Palito Ortega fue gobernador de Tucumán, el expiloto de Fórmula Uno Carlos Reutemann lo fue de Santa Fe y El Soldado Chamamé tuvo un cargo diplomático en Paraguay, que terminó de mala manera. Y no fueron ellos los últimos en ser parasitados por la política, ya que la práctica se mantiene hasta nuestros días.
Giovanni Sartori dijo alguna vez en aquellos tiempos que “la televisión produce imágenes y anula los conceptos y de este modo atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender”. Entonces, la realidad corría -como hoy- por fuera de las pantallas, que mostraban una brillante Argentina que no existía fuera de los sets televisivos.
En ese contexto, Mollo, el bajista Diego Arnedo y el baterista Federico Gil Solá se convirtieron en profetas en su tierra, aunque de eso quizás de esto no se hayan enterado nunca, ni aún hoy.
La Era de la Boludez contenía el funky “Salir a Asustar”, en el que se preguntaban entre “beso y cachetazo, ¿qué es real?”. Luego, clamaban contradictoriamente -todo el disco era una contradicción- por “Tata Dios sin mate. Mochila genital”. Su aspiración era que les dejaran de desguazar sus testículos desde el poder, probablemente. Y hasta la “cleptocracia” (el gobierno de los ladrones) fue nombrada.
En la chacarera “Ortega y Gases”, surgía una definición que pintaba la época y no ha dejado de hacerlo hasta hoy: “la moral ajena mostró el almidón”. El almidón espesa los productos, pero se quiebran fácilmente, tal como ocurre con la moral de algunos, que peroran desde las pantallas o desde las tribunas. Además, otro verso, que dice: “la chacarera duerme cuando sale el sol”, describía muy bien la fiesta de los irresponsables que tuvo lugar en la era menemista. Se podría reparar además en la ironía del título de la canción, relacionado con el lúcido filósofo derechista español José Ortega y Gasset, que reflexionó sobre la rebelión de las masas y el hombre y su circunstancia. El tema de los gases lacrimógenos no debería ser dejado de lado para comprender otras materias de la filosofía, entre ellas la que plantea que “la letra, con sangre entra”.
En la antológica zamba “El Arriero”, compuesta por Atahualpa Yupanqui, Mollo cantó, de la mano del poeta, que “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”, una imagen de la Argentina pastoril de principios del siglo 20.
En “Salir a comprar”, los Divididos observaron que “no hay caramelo para la sed”, graficando la aridez intelectual de la era menemista, en la que la imagen era todo. Después los Divididos aludían misteriosamente a un “pañal meado”, seguramente en alusión a Baby Echecopar, de acuerdo con el profundo concepto filosófico que 30 años después esgrimió Javier Milei en un show científico televisivo. En el tema, Divididos se mofa de las efímeras modas de la época, tan superficiales e inútiles que no duraban más que unos pocos meses.
La siguiente canción era a la vez una pregunta y una afirmación. “¿Qué ves?, ¿qué ves cuando me ves?, cuando la mentira es la verdad”. En 1993, indudablemente los Divididos miraban “Intratables”, aunque este programa comenzó a emitirse 20 años después de “La Era de la Boludez”. El discutido concepto de la posverdad surgió en Argentina de la mano de “los panelistas”, una desdichada profesión creada por los gerentes de los medios de incomunicación para evitar que los periodistas trabajen como tales.
En el rockanroll “Rasputín”, los Divididos denunciaban tempranamente que “hay un Auschwitz en Liniers”. La vigencia de esta imagen, más actual que nunca en momentos en que hay quienes intentan resucitar a los Falcon verdes, es muy pertinente. Este intento de derogar la esencia de la democracia no debería ser ignorado. Los pactos democráticos deben ser reafirmados periódicamente. Siempre existirán quienes tratarán de derribarlos para “optimizar” sus negocios. Nada genera tantos beneficios como la supresión de la antinomia. Una digresión: la policía antidisturbios de Grecia lleva orgullosamente grabada en sus escudos la expresión. No son ni guardia de infantería, ni mossos d’squadra. Son Antinomia. Por otra parte, la respuesta a la antidemocracia está contemplada en el tema, cuando Mollo canta que “los ciegos buscan rey”. Aunque “tenemos las b..as bien llenas”, agregan luego, como si cantaran hoy.
En “Dame un Limón”, los Divididos vuelven a anticiparse a los tiempos que vendrán. “No bailo, no. Los rifles no responden en el salón”, canta Mollo. ¿Habrán predicho el regreso de los rifles a la acción, 30 años después? Finalmente, asegura que “el bobo no aguanta más”, tal como los “bobos” de tantos argentos, en parte mecidos por la incertidumbre, en parte azotados por la demencia de otros.
Las alusiones militares vuelven a aparecer en un gran tema de los Divididos: Paisano de Hurlingham. Cantan allí acerca del “sable recto en la estación”, que se encuentra a menos de un kilómetro de Campo de Mayo, la guarnición militar más grande de la Argentina. ¿Metáfora o inquietud?
A continuación, llega el humor. En “Cristófolo Cacarnú”, los Divididos ironizan sobre la Conquista Española y sobre algún personaje que la va de libertador, pero que no pasa de liberal. “Tu museo no huele bien. Hoguera quema libro y papel”, denuncia el trío más poderoso de la Argentina, quizás recordando la cantidad de libros que quemaron los dictadores primero y la frivolidad menemista años después. Esto, más allá de los códices que destruyeron los españoles, en su afán de destruir la cultura originaria de América.
Después de leer a Eduardo Galeano, los Divididos compusieron: “Indio, dejá el mezcal”. Ésta es una bebida que los aztecas obtienen de la destilación del maguey, de la cual el tequila es una de sus variedades. Allí, la voz ronca de Mollo canta: “Planta santa, nueva raza blanca, palestino sudado” (?). No tiene nada que ver, pero sí que transpiran en estos días los palestinos, bombardeados, quemados y baleados por el ejército israelí. En cuanto a la equívoca santidad de la planta, productora de dulces placeres alcohólicos que amodorran la tristeza, aún hoy existen sus cultores.
En la “Huelga de Amores”, los Divididos se ensañan con los “patriotas importados, nativos sin orejas”. Nada que ver con Thatcher, Reagan y Churchill, indudablemente. Luego, esperemos que no tan proféticos, relatan cuando “nos dijeron: tiempo es dinero, y en esta tierra sos extranjero”. Es casi el mismo dilema de estos días.
La semana del dislate
Muy en la onda de la Era, el descontrol emocional del que hace alarde el candidato presidencial de La Libertad Avanza se contagió esta semana a sus adláteres, a sus partidarios y a sus militantes.
Para comenzar, la candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, abogó con fingida inocencia por que “un predio como la ESMA, que tiene unas 17 hectáreas, podría ser disfrutado por todo el pueblo argentino. Esas instalaciones en su momento estaban destinadas a alojar escuelas y es eso lo que más necesitamos”.
Luego, augurando una catástrofe antes de que ocurra, reclamó “¿qué país querés asumir, un país devastado? ¿Cómo pensás resolverlo si no es con una tiranía?”, descartando la vía democrática mediante la cual sería elegida, para el caso de que LLA ganara dentro de tres días las elecciones.
Cuando le llegó el turno, Lilia Lemoine amenazó a la cronista de Canal 7 Laura Mayocchi, que la entrevistó en medio de una caminata. “Vamos a cerrar la televisión pública. La vamos a privatizar. Procurá ser una buena trabajadora”, intentó intimidarla. Al escuchar a la diputada electa -milagrosamente, Lemoine consiguió conchabo como legisladora nacional- se comprende porqué la dirigencia de LLA le ordenó callar durante casi toda la campaña.
Entretanto, Milei habló frente a un público muy interesado en escucharlo. Los empresarios agrupados en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICYP) lo convocaron al Hotel Alvear para que expusiera sus propuestas. Sergio Massa hará lo mismo al día siguiente, cuando esta publicación ya esté circulando por las redes sociales.
Milei no cambió su discurso. Entre otros temas, reconoció que el sistema que piensa aplicar data de 1860. “Nuestro modelo es el liberalismo, basado en el principio de no agresión”, además de pedir el apoyo de los empresarios porque “enfrente está la tiranía de las mayorías”, es decir, el peronismo. Su ladera política, en cambio, abogó para que LLA ejerza esa tiranía. ¿Nace otra controversia?
Según la Real Academia Española, tiranía significa “abuso o imposición en grado extraordinario de cualquier poder, fuerza o superioridad”. Etimológicamente, la palabra proviene del latín, “tyrannus”, que a su vez deriva de la palabra griega “týrannos”, equivalente a “reyezuelo” o “soberano local”.
Hablando para un público cautivo, Milei afirmó que una de sus primeras reformas estructurales sería la de los derechos laborales. Lo resumió con un latiguillo que ya forma parte del folklore liberal: “afuera”.
Después de acusar de corruptos a los propietarios de las empresas constructoras, manifestó que “lo que planteamos es un modelo a la chilena, de iniciativa privada. Si quiero hacer una ruta, la empresa se la propondrá al gobierno, se harán los estudios sociales y de factibilidad requeridos y se lo autorizará. Si sale bien, perfecto. Si sale mal, quiebra”.
Finalmente, para delicia de los oídos de los que lo escuchaban, comunicó su inflexible alineamiento con la política exterior estadounidense y con Israel y su enfrentamiento con “los comunistas”, entre los que cuenta a China y Brasil. Aunque, aclaró que si es por él, “los empresarios que hagan lo que quieran, pero yo no puedo ser aliado de comunistas”, se sinceró.
Mientras tanto, el diputado electo por Tucumán, Ricardo Bussi, afirmó que “estoy seguro que va a haber problema, cualquiera sea el que gane, porque la respuesta pasa por el ajuste. Este país gasta más de lo que necesita. Estamos raspando la olla, ya no hay crédito interno, ya no hay crédito externo”.
Al ser requerido su vaticinio acerca de si habrá represión, Bussi auguró que “sí, porque el Estado tiene el monopolio de la fuerza y tiene que actuar por el beneficio de la comunidad. Claro que sí”. Luego se hizo una melánge cerebral y confundió a las fuerzas armadas con las de seguridad.
Intimidación en las redes
La presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, recibió un mensaje en su correo electrónico en el que “alguien” le advirtió: “Con Milei presidente nosotros vamos a matarlos a ustedes”. El mismo remitente advirtió enseguida que “Ustedes hijos de p… que recibieron este mensaje vamos a matarlos después de la victoria de Milei. Vamos a elegir a Milei presidente de nuestra Argentina y entonces vamos a hacer la limpieza que nuestra nación necesita”.
“Vamos a cerrar el Congreso de la Nación Argentina, imponer una dictadura, hacer la refundación del Proceso de Reorganización Nacional de 1976-1983 y asesinar a todos diputados, senadores y jueces”.
Finalmente, el agradable remitente prometía que “con Milei presidente haremos de Argentina el Cuarto Reich, una nación 100% blanca y libre de negros, indios, pobladores y extranjeros”, finalizando con un obsequioso “Heil Hitler”.
Pero las cosas no terminaron allí. Pareciera que a los libertarios les molesta especialmente la convocatoria de algunos radicales a votar a Unión por la Patria.
El presidente de la Juventud Radical, Agustín Rombolá, fue amenazado también a través de mensajes privados. En uno de ellos se lo ve fotografiado -sin su autorización- mientras entraba a su casa. Sobreimpreso había un mensaje: “El Falcon pasa la semana que viene”. Rombolá se limitó a responsabilizar “a Javier Milei y a Victoria Villarruel” por su seguridad y la de su familia.
Otras amables palabras de aliento que le enviaron a Rombolá fueron: “Una bala te hace falta, bastardo”; “Con un fierro en la cabeza te agarraría, pendejo bastardo”. Para muestra, basta un botón.
¿Periodismo hacker?
En la tarde del lunes comenzó un fuerte ataque contra el sitio web El Destape. Este tipo de hackeo, que es conocido como DDoS, comenzó en el extranjero, como es habitual. Consistió en desatar 4.75 millones de conexiones entre las 13:00 y las 13:35, que tenían como objetivo colapsar los servidores. En la tarde del martes, el ataque se volvió intermitente, por lo que la página tuvo problemas durante toda la tarde, más allá de las extremas medidas de seguridad que desplegó la cooperativa de trabajadores de prensa.
¿Encontraron al fin el “Dinero K”?
El martes último, el antiguo traficante de dinero Leonardo Fariña -quizás no tan antiguo- fue localizado en una “cueva” en la que se vendían dólares ilegales. El “arrepentido”, que está detenido por tráfico de divisas y de pesos ilegales, lleva en su pierna una tobillera electrónica, pero se encontraba fuera del domicilio en el que debía estar preso.
Fariña se encontraba junto con tres personas más en un departamento del barrio de Belgrano, ubicado en el quinto piso de Juramento 1475. Los policías hallaron en el lugar 500 millones de pesos, distribuidos en cajas y valijas.
Fariña denunció en 2013 la existencia de una sociedad entre Lázaro Báez y Néstor Kirchner en el programa de televisión que conduce Jorge Lanata, que tituló su caso como “La Ruta del Dinero K”. Luego, incurrió en algunas contradicciones, al reconocer en otro show televisivo -el que conducía Jorge Rial- que “querían ficción, les di ficción”, aceptando que sus declaraciones habían sido guionadas y eran de dudosa veracidad.
Luego de un azaroso juicio, Fariña fue condenado en 2021 a cinco años de prisión, pero como se había “arrepentido” a cambio de declarar contra Lázaro Báez, permaneció en prisión domiciliaria desde entonces. De todos modos, el allanamiento lo sorprendió fuera de su hogar, por lo que será sancionado nuevamente. Sus abogados alegaron que Fariña estaba en el lugar como cliente, no como integrante de la sociedad que regentea la “cueva”, porque en ese caso le cabría ser juzgado bajo el régimen de la Ley de Régimen Penal Cambiario.
De todos modos, los 500 millones de pesos que se encontraron en el lugar son de origen ignoto, por lo que la investigación deberá dilucidar a quién pertenecen. Si no se pudiera resolver esta materia, los cuatro detenidos deberán hacerse cargo de ellos y arrostrar las acusaciones.
Esta loca Argentina, en la que los partidos políticos no entregan boletas a la Justicia Electoral, en la que un candidato insulta a todos los demás, en que sus militantes abrigan la idea de recrear el Tercer Reich, aunque su mentor declare que quiere convertirse al judaísmo, todo puede pasar.
Hasta que gane el candidato más fisurado de todos. Tenían razón los Divididos.