El Gobierno de Cambiemos entiende -cuando quiere- de alianzas y amistades políticas. Por eso, al precandidato presidencial Daniel Scioli quiere mantenerlo cerca.
Precisamente, Scioli nunca fue un peronista “pura cepa” a pesar de sus esfuerzos por demostrarlo y de su lealtad inobjetable. Siempre se notó con el trato que le daba la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien en las elecciones intermedias del 2017, como castigo y premio a la vez lo sacó de la lista provincial y lo dejó quinto en su lista nacional.
El exfuncionario incluso, nunca paró de darle guiños de apoyo al actual Gobierno, se sentó en su banca para votar la polémica Ley Previsional a fin de darle el quórum al oficialismo para tratar aquella iniciativa que perjudicaba a las y los jubilados, mientras que toda la oposición se ausentaba en el recinto para evitar su tratamiento.
También fue el primero en asistir a la Casa Rosada para reunirse con el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, y mostrar su apoyo ante el acuerdo de diez puntos que el Gobierno le propuso a la oposición para volver a ganar iniciativa política y mostrar una imagen de responsabilidad al FMI. Allí Scioli incluso dijo expresamente: “Este Gobierno cuenta conmigo”.
Y en política las amistades se pagan. O se cobran. Por eso, fuentes cercanas al Ejecutivo aseguraron que el exgobernador bonaerense es “el Caballo de Troya del oficialismo en el peronismo”, cuya campaña estaría bien vista y apoyada también por Mauricio Macri.
Es que se trata de un precandidato ya instaladoa la hora de dividir. Fuentes confiables confiaron a este medio que acudió a un par de importantes empresas de marketing para que comiencen a hacerle la campaña.
El poder adquisitivo lo tiene, el origen es lo que habría que investigar.