El viernes 12 de abril a las 20:00, la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires ofrecerá el concierto “Noches heroicas”. Conducirá la orquesta el maestro Emir Saúl y el programa estará integrado por dos obras de Ludwig van Beethoven (1770-1827), la Obertura Egmont, Op. 84 y la Sinfonía Nº 3 en Mi bemol mayor, Op. 55, Heroica”.
El concierto tendrá entrada gratuita y se realizará en la Usina del Arte, dependiente del Ministerio de Cultura porteño, ubicada en Caffarena 1, esquina avenida Pedro de Mendoza, en el barrio de La Boca.
Las entradas se deberán retirar del Teatro Colón los días 10 y 11 de abril, entre las 10:00 y las 20:00 y el mismo viernes 12, desde las 11:00 en la Usina del Arte, hasta el comienzo del concierto.
Éste será el primero de seis conciertos extraordinarios de la Filarmónica programados durante 2013 en la Usina del Arte. Una oportunidad única para disfrutar de la calidad acústica del Auditorio de la Usina, con capacidad para 1.200 personas.
Egmont es una pieza musical para soprano y orquesta compuesta por Beethoven para la representación de la tragedia del mismo nombre escrita por Johann Wolfgang von Goethe en 1788. La obra teatral de Goethe trata sobre la vida del héroe nacional flamenco, el Conde de Egmont (1522-1568) que fue general, hombre de estado y caballero de la Orden del Toisón de Oro. La historia narra el enfrentamiento con Fernando Álvarez de Toledo, tercer Duque de Alba, hasta que finalmente Egmont fue arrestado, condenado a muerte y decapitado. El texto finaliza con la muerte del protagonista, que proclama el ideal de la lucha por la independencia contra la
opresión que representaba para su país la monarquía española.
La Sinfonía Nº 3 de Ludwig van Beethoven, conocida como la Heroica, es una obra considerada por muchos como la que dio inicio al romanticismo musical, porque rompe los esquemas de la sinfonía clásica. Estuvo inicialmente dedicada a Napoleón Bonaparte, pero cuando éste se autoproclamó emperador, Beethoven se disgustó tanto que borró el nombre de Bonaparte de la página del título, con tal fuerza que rompió su lápiz y dejó un agujero rasgado en el papel. Lo mismo, cuando fue publicada, Bonaparte apareció en el subtítulo, en la dedicatoria.
