El Instituto Nacional de Estadística y Censos dio a conocer el índice de la inflación de enero que volvió a ser del 4% al igual que en diciembre del año pasado. Este valor estaba entre las expectativas del mercado y, de esta manera, la inflación interanual se aceleró por segundo mes consecutivo.
La cifra del primer mes del año fue explicada, principalmente, por un aumento de precios promedio del 4,8% en alimentos y bebidas, la división de mayor incidencia en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Al interior de este rubro se destacó la aceleración de los incrementos en frutas y verduras: en el Gran Buenos Aires (GBA), los alimentos que más subieron fueron el limón (39,4%) y la naranja (23,1%).
En paralelo, las carnes siguieron exhibiendo aumentos elevados pero los mismos se redujeron aproximadamente a la mitad en comparación con la suba de diciembre, que había sido del 15% por una combinación de factores, como el proceso de retención de hembras, la suba del precio internacional del maíz y la estacionalidad por las fiestas .
Cabe recordar que la semana pasada entró en vigencia en supermercados el acuerdo entre el Gobierno y los frigoríficos exportadores para rebajar hasta 30% el valor de venta de 10 cortes de carne.
También influyó en la inflación de enero la evolución de los precios regulados por el Gobierno, que treparon un 5,1% cuando el mes previo habían subido 2,6%. Dentro de este segmento se destacó un salto, permitido por el Enacom, del 15,1% en los servicios de Telecomunicaciones, que estuvieron congelados durante varios meses en el marco de un nuevo decreto que los estableció como servicios públicos.
En el mismo sentido, subas autorizadas en combustibles y transporte público impulsaron un ascenso promedio del 4,6% en el rubro transporte, que también fue afectado por ajustes en la adquisición de vehículos.
Además se registraron subas en actividades turísticas y de recreación debido a cuestiones estacionales, y a la reapertura de estas actividades por la flexibilización del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.
En ese marco, cabe destacar que la inflación núcleo, que no contempla ni precios regulados ni precios estacionales, se desaceleró desde el 4,9% hasta el 3,9%.
Según fuentes oficiales, los aumentos de los últimos meses obedecen a un “brutal reacomodamiento de precios relativos”, lo cual no implica “un proceso de espiralización de la inflación”. En cuanto a la emisión monetaria, desde el Ministerio de Economía sostienen que su impacto sobre los precios se da a través de presiones sobre la demanda de dólares.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, ratificó esta semana que el objetivo es reducir la inflación cerca de cinco puntos porcentuales, para acercarse al 29% proyectado en el Presupuesto. Para llegar a esa cifra, se prevé una desaceleración en el ritmo de ajuste del tipo de cambio, en torno al 25% anual, más un esquema de coordinación de expectativas que incluye el acuerdo de precios y salarios entre empresarios y trabajadores.
Cabe recordar que en 2020 la inflación fue del 36,1%, una cifra casi 18 puntos inferior a la de 2019. Sin embargo, la aceleración de los precios en el último trimestre comenzó a preocupar a las autoridades. La evolución de los precios de los últimos 12 meses tocó un piso de 35,8% en noviembre para luego redondear en diciembre un 36,1% y trepar en enero al 38,5%.