En julio el IPC Congreso aumentó un 2,1 por ciento, con lo que promedió un 1,9 por ciento por mes en los primeros siete meses del año.
Así, entre enero y julio la inflación acumuló un 14 por ciento, “en línea con la inercia inflacionaria de los últimos diez años, exceptuando los picos donde se combinaron devaluación con suba de tarifas”, puntualizó el informe difundido por legisladores de la oposición.
De esta forma, “parece confirmarse que la inflación no podrá romper el piso de 20 por ciento en 2017, ya que para hacerlo debería promediar apenas 1 por ciento en los próximos 5 meses, cuando restan por delante aumentos ya aprobados en prepagas, hay subas pendientes de tarifas y aún hay que monitorear si el reciente movimiento del dólar tendrá un impacto adicional sobre los precios domésticos”.
En términos interanuales, la inflación se ubicó en 22,9 por ciento, nivel similar al que mostró a mediados de 2013. “Más importante aún, es posible que este nivel de aumento interanual en los precios se acelere en los próximos dos meses por la baja base de comparación, ya que en agosto-septiembre de 20l16 la reversión de la suba de tarifas por el fallo de la Corte fue determinante en este sentido”, agregó el estudio.
Las principales subas del mes estuvieron explicadas por atención médica y gastos para la salud (subas en prepagas), transporte y comunicaciones (aumentos en naftas y taxis), otros bienes y servicios (cigarrillos) y esparcimiento.
El IPC “Core” (que excluye tanto estacionales como regulados) volvió a mostrar en julio una suba de 1,9 por ciento, en línea con el promedio del primer semestre del año.
En efecto, para los analistas sigue preocupando que el IPC Core permanezca en torno de estos niveles, ya que implica que la inflación estructural todavía no abandona el rango del 20/25 por ciento anual de los últimos 10 años.
En los últimos 20 meses, desde que Mauricio Macri asumió la Presidencia, la inflación medida en el IPC Congreso alcanzó 66 por ciento (2,6 por ciento promedio mensual), casi 15 puntos por encima de los 20 meses previos (51 por ciento).
En este sentido, el estudio reafirmó que “la lucha contra la inflación aún está lejos de ser ganada, y hacerlo es absolutamente central ya que es el principal problema de la economía argentina. Pero hacerlo implica abordar el problema de manera integral, y no con compartimentos estancos, para lograrlo al menor costo social posible”.