El lunes por la noche, el rector de la Universidad de Lomas de Zamora y aspirante a la intendencia de ese distrito, Diego Molea, festejó su cumpleaños en un restaurante de la localidad de Pinamar, en donde están vacacionando buena parte de los massistas. Allí se iba a desatar una insólita pelea que entre el festejado y otro dirigente que iba a dejar a los testigos entre asombrados y risueños, creando la primera gran apostilla del verano bonaerense.
Promediando la medianoche, algunos de los participantes del cumpleaños comenzaron a prestar atención una conversación que iba levantando el tono de voz. Era entre Molea y Gustavo Ferri, ex diputado bonaerense por Unión Pro, actual prosecretario legislativo de la Cámara baja provincial y militante en Lomas. Además, Ferri es ex yerno de Eduardo Duhalde y padre de dos de sus nietos.
Según relataron a Noticias Urbanas dos de los presentes, Molea y Ferri, con el tono correspondiente a los que ya bebieron como se debe, discutían sobre la belleza de una famosísima modelo, casada con uno de los políticos más nombrados el último año, como dos buenos amigos pueden hablar en un encuentro social.
Pero la banal discusión subió de tono hasta que el rector derrapó: “Piernas lindas son las de tu mujer, no las de ella”, en alusión a esa modelo. La cara de Ferri se transfiguró, y allí fue cuando Massa, quien era un contertulio más, se aproximó para escuchar más de cerca la discusión.
Pero Molea subió la apuesta: “Vos te ganaste la lotería, pasaste de lo que tenías antes a esta diosa, que tiene un lomazo”. Más allá de los ¿elogios? a su actual mujer, Ferri se indignó, se levantó de golpe y en tono amenazante le respondió a Molea: “Mejor me voy. No te fajo porque es tu cumpleaños”. Y se retiró enfurecido, en medio de las risas y la sorpresa de los testigos.
Fue allí cuando Massa intervino, lo frenó a Molea y le dijo: “Boludo, andá a buscarlo (a Ferri) y pedile perdón, y después a tu mujer”. Es que para colmo de bochornos, la familia de Molea estaba presente.
Cuando Molea y Ferri retornaron habiendo hecho las pases, Massa los miró y les bajó línea: “Muchachos, dejen de tomar y pónganse a laburar”, y se retiró, acompañado de su mujer, Malena Galmarini.
El hecho, que no pasará a la historia más que como una apostilla de un verano preelectoral caliente, no llegó a ser el escándalo que se precipitó a mediados del año pasado tras la pelea feroz entre los legisladores provinciales Juan Amondarain y Rubén “el Turco” Eslaiman, la cual según testigos que estuvieron aquella tarde en La Plata, llegó a los golpes, aunque ellos siempre lo negaron y lo quisieron hacer pasar como tan sólo una discusión política.