El armado del exministerio de Desarrollo Social, conducido ahora por Pablo de la Torre y reducido a secretaría en el nuevo esquema, no toma forma definitiva. Se trata de un área clave, que debe interactuar con los movimientos sociales y administrar la ayuda estatal. Pero la demora en las designaciones oficiales, la entrada y salida de funcionarios de transición, y la figura de los “colaboradores”, componen una estructura “flex” que hace a la secretaría de Niñez y Familia especialmente sensible a las versiones de fricciones internas y abren el juego a la difusión de rumores que no terminan de disiparse.
“Levantemos la reunión. No voy a trabajar más”, soltó por estos días un funcionario sin cargo oficial que responde a De la Torre. Anunciaba así un alejamiento que luego fue desmentido por fuentes del Gobierno. Fue apenas unas horas después de que se hiciera público el cambio de esquema en la asistencia a los comedores sociales, una medida que se cocinó en lo más alto de la megacartera de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello, donde orbita la secretaría de De la Torre. “Nada de eso. Está firme en su cargo”, aseguró una fuente de Niñez, ahuyentando el trascendido.
No es el primer rumor de renuncia que recorre la secretaría de Niñez. A Héctor Calvente, por caso, un hombre de Joaquín de la Torre –hermano de Pablo y jefe político de San Miguel–, quien “da una mano” con la gestión y se encargó de los primeros contactos con las organizaciones sociales al inicio de la gestión, se lo ubicó más de una vez afuera de la secretaría. “Calvente no forma parte”, insisten fuentes oficiales.
Calvente es el secretario de Seguridad de San Miguel –el municipio que junto con Tres de febrero nutre la estructura de Niñez– y pese a que también está firme en su rol de colaborador, no integraría el plantel definitivo de la secretaría. Así, la estructura invertebrada, la falta de “firma” de muchos de sus integrantes –que imposibilita aspectos operativos-, cierto malestar interno por la demora en las designaciones y el cambio continuo de caras en las charlas con las organizaciones sociales, dificultan la articulación interna y abonan los rumores de posibles salidas.
En los movimientos sociales se extiende la sensación de que, como en otros ámbitos del Gobierno, los interlocutores tambalean en sus cargos y no cuentan con llegada a la zona de definiciones. “Nosotros nos sentamos con el que nos de bola, pero ninguno se presenta como funcionario y no dicen nada con certeza. Dicen que están poniendo el auto a punto, pero ni ellos saben si se quedan”, señala un dirigente de una organización social.
Se reflotó recientemente una versión que dio vueltas varios días: ciertas diferencias en el manejo de la gestión con la ministra Pettovello ponían a De la Torre afuera de la secretaría que conduce. Una versión que luego fue desmentida por fuentes oficiales. El origen del murmullo estuvo ligado a una cuestión administrativa: la renuncia De la Torre –aceptada por el ministerio de Capital Humano– al rol de asesor de gabinete del ministerio el 12 de enero.
“Están haciendo correr muchos rumores. Pero todo sigue igual. Se está bancando la presión de los gerentes de la pobreza”, apunta un funcionario con experiencia municipal en el manejo de planes sociales y que está alineado con la gestión libertaria.
El ministerio de Capital Humano comunicó el jueves que finalmente los comedores sociales, asediados por la inflación y la falta de mercadería, no recibirán alimentos, pero que, luego de una auditoría, percibirán “transferencias directas” en una tarjeta para gestionar sus compras. Una medida con la que el oficialismo busca recortar la influencia de las organizaciones sociales, en línea con el plan de “terminar con la intermediación”.
La ministra Sandra Pettovello salió a recibir a los manifestantes y los invitó a que ingresen de a uno para identificarlos y escuchar sus reclamos.
Ninguno quiso ingresar en forma individual. pic.twitter.com/y32MM6ygZk
— Ministerio de Capital Humano (@MindeCapitalH) February 1, 2024
“Pablo de la Torre sabía”, argumentan en la cartera de Pettovello. Lo cierto es que las versiones de supuestos desencuentros entre el secretario y la ministra proliferaron desde el inicio de la nueva gestión y, pese a que distintas voces afirman que la relación entre ellos es “buena” y que no hay ninguna “interna”, el manejo diario de un ministerio caliente –y con muchos desafíos por delante– genera algunos chisporroteos en la mesa chica.
“Si se sube el tono en alguna reunión es porque Pablo le dice las cosas de frente. Es el que más la defiende dentro del ministerio. Y eso Pettovello lo valora”, le dijo a este diario un funcionario con paso por la secretaría, cuando circulaban versiones por lo bajo. “Es lógico, en el día a día surgen diferencias. Hay algunas cuestiones de interpretación, pero tienen muy buena relación”, minimizan. Otros, niegan de plano los cortocircuitos: “Pablo [de la Torre] no se ausentó a ninguna reunión. Nunca hubo ningún ruido”, afirman.
Algunos atribuyen estas presuntas diferencias a que De la Torre no cuenta con plena autonomía en el manejo de la secretaría. “No terminan de darle el comando”, desliza un referente de una organización social, quien, pese al descontento con el rumbo de la gestión en estas primeras semanas, destaca el trabajo que De la Torre y su equipo en el territorio. “No son unos improvisados. Pablo es un tractorcito”, subraya.
Del otro lado del mostrador, las organizaciones sociales, divididas en al menos tres sectores, evalúan la posibilidad de coordinar acciones para la semana que viene y hacer una gran muestra conjunta de fuerza.