El disgusto de la jueza con competencia electoral con el cambio de sistema de padrones no es una novedad, desde el año 2014 se opone a que los registros pasen de tener un padrón por distrito a “un sistema único, con 25 bocas”, al que ya no podría controlar.
“Con el nuevo sistema no me voy a enterar si hacen cambios de una intendencia o una provincia. ¿Cómo me voy a responsabilizar por algo que no puedo controlar?”, sostuvo. Y agregó: “Los técnicos me dicen que no hay problema, porque me voy a enterar quién lo adulteró, pero no me puedo enterar hasta después de producida la elección. Esto tiene que ser perfecto, porque no se puede salir a decir después de una elección que se adulteró”.
Además, expuso que este sistema abre la posibilidad de fallas en los padrones. Según explicó, hay juzgados, como el suyo, que reciben más de 50 expedientes por mes, mientras que otros no llegan a los 20. “Es la misma gente que va a manejar el padrón electoral”, señaló.
Impulsada por esta preocupación, Servini tuvo una reunión con el director de Transparencia Electoral, Leandro Querido, donde expuso que los padrones deberían haber estado listos en mayo y que las demoras, entre otras cosas, surgieron a causa de la migración defectuosa de un padrón a otro.
En concordancia, Querido concluyó en que “si el padrón no genera confianza por su vulnerabilidad, empañará toda la reforma electoral en curso. De poco sirve contar con un novedoso instrumento de votación como la Boleta Única Electrónica si el padrón le abre la puerta a la discrecionalidad y a la falta de control”.