La Justicia confirmó que la orangutana Sandra, por la que se instaló el debate sobre las condiciones en las que viven los animales en cautiverio, es un “ser sintiente” y sujeto de derechos.
Según la jueza Elena Liberatori, que hizo lugar a la acción de amparo interpuesta por la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (AFADA), la orangutana es una “persona no humana”.
Por ser sujeto de derecho, su traslado del zoológico a un santuario queda en manos de una comisión de expertos y del gobierno porteño.
Sandra tiene 30 años, nació en Alemania y vive en el Zoológico de la Ciudad desde hace 21 años. Según los expertos consultados tiene habilidades cognitivas similares a las de un chico de 5 años.