La Justicia determinó que hay ADN de Fernando André Sabag Montiel en el arma que empuñó para atacar a Cristina Kirchner el pasado jueves 1° de septiembre. Se encontraron rastros genéricos en el gatillo, la empuñadora y en la corredera. Se trata de una Bersa calibre 32 que al momento de gatillarse tenía 5 balas.
El peritaje hecho por la División Balística de la Policía Federal Argentina (PFA) determinó que el arma secuestrada era apta para el disparo, pero que no tenía un proyectil en la recámara. Esa definición de “apta para el disparo” es un término usado en los expedientes judiciales, ya que si un peritaje comprueba que un arma no estaba en condiciones de generar un daño, los abogados defensores solicitan atenuar la calificación del hecho.
Sabag Montiel es brasileño, tiene 35 años y contaba con un antecedente por portación de armas no convencionales. Quedó detenido desde el jueves pasado en una alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA, en Figueroa Alcorta y Cavia. Permanece alojado allí y se negó a declarar cuando fue indagado por la jueza federal María Eugenia Capuchetti, el viernes pasado, cuando la magistrada se presentó a tomarle declaración junto con el fiscal Carlos Rívolo.
También fueron analizadas las balas secuestradas en el cargador y se determinó que estaban aptas para ser usadas, afirmaron las fuentes consultadas.
“En su base, la pistola tiene numeración parcial 250″, dijo un investigador. El número de serie completo se logró determinar tras el revenido químico hecho por especialistas de la PFA.
▶ Cuatro amigos del acusado dejaron sus teléfonos a disposición de la Justicia
Cuatro amigos de Fernando André Sabag Montiel declararon este lunes como testigos en la causa judicial y la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo les secuestraron sus teléfonos celulares para ser peritados.
Como hay secreto de sumario en la causa, no trascendió qué dijeron. Por su parte, las pruebas que llegan al juzgado siguen comprometiendo a Sabag Montiel.
Los cuatro amigos dieron el viernes pasado un reportaje al canal Telefé. “Estamos con mucho miedo porque nos quitan la posibilidad de trabajar y nosotros no tuvimos nada que ver”, dijeron en la nota.
Además expresaron: “Nos amenazan por redes sociales, nos dicen que nos quieren matar. Es una situación horrible. Esto nos va a joder y nosotros somos laburantes”.
El contenido de la declaración de los amigos quedará bajo análisis de los investigadores para determinar qué puede resultar útil para nuevas medidas de prueba o eventuales imputaciones. Pero también será de utilidad para reconstruir los diálogos e información que puedan tener en sus teléfonos y hagan al vínculo con los dos detenidos.