La Juventud, un as bajo la manga de Marcos Peña para la Provincia

La Juventud, un as bajo la manga de Marcos Peña para la Provincia

Por Daniel Galvalizi

En diciembre, Macri encabezará en Rosario un acto en el que se espera a miles de jóvenes militantes del Pro de todas las provincias. La matriz de la estrategia es el despliegue territorial al 2017.


En diciembre, el presidente Macri encabezará en Rosario un acto en el que se espera a miles de jóvenes militantes del Pro de todas las provincias, en lo que será la foto de fin de año de una película que ya comenzó a rodarse hace algunos meses: se trata del apuntalamiento por parte del oficialismo de sus cuadros y voluntarios jóvenes como un arma clave para mejorar el despliegue territorial en todo el país y, especialmente, en el conurbano bonaerense.

Abocados a esta estrategia –además de ser sus ideólogos– están el jefe de Gabinete e histórico comandante de campaña del Pro, Marcos Peña, y su alter ego más próximo, Fernando de Andreis, el secretario general de la Presidencia. Hoy, el expresidente del bloque Pro de la Legislatura porteña es el enlace principal entre la jefatura nacional del partido y su segmento más joven.

Hace algunos días, en la sala de reuniones contigua al despacho del jefe de Gabinete, tuvieron un encuentro Peña, De Andreis, el ascendente subsecretario de Juventud de la Nación y presidente de Jóvenes Pro Nacional, Pedro “Píter” Robledo, y el presidente de la Juventud Radical, Ariel Pianesi. Allí, en sintonía con lo que les viene pidiendo a todas las autoridades partidarias provinciales, reclamó a los jóvenes acelerar la constitución de la Mesa Nacional de las Juventudes de Cambiemos, algo demorada por las desavenencias entre los socios principales de la coalición.

Allí, Peña les pidió poner atención a las universidades para potenciar el rol de Cambiemos en los centros de estudiantes y que en los timbreos y las actividades proselitistas mantengan el perfil y eviten parecerse a La Cámpora. En el macrismo tiemblan de pensar en la inevitable comparación: en sus focus groups surge que la agrupación creada por Máximo Kirchner es una de las marcas electorales con imagen más negativa.

“Se recomendó escuchar a los vecinos y mostrar presencia más que fatigar a la gente con propaganda sobre las obras que hace el Gobierno, porque, si no, eso acerca a Jóvenes Pro a La Cámpora”, dijo uno de los presentes en ese encuentro.

La matriz de la estrategia es el despliegue territorial de cara a 2017, y el foco principal es la provincia de Buenos Aires. Más precisamente, el conurbano y sus más de ocho millones de votantes. Los jóvenes serán los encargados de hacer visible la presencia en los barrios en los que el Presidente tiene su electorado más esquivo y deberán transmitir dos pilares: presencia y mensaje. La gestión y su comunicación. Marcospeñismo ortodoxo.

“Los que hacemos timbreos, básicamente, somos las Juventudes, somos la gran mayoría de los que salimos a la calle”, relata uno de los miembros de las organizaciones jóvenes macristas. El segmento sub-40, caracterizado por su capacidad de movilización, flexibilidad y voluntad, es clave para un partido con pocos años de vida y casi nulo anclaje territorial e institucional hasta 2013.

Este impulso fuerte a sus jóvenes por parte del oficialismo tiene un correlato en el organigrama del gabinete: tanto la Dirección de Promoción Territorial como la Dirección de Muralismo Popular del Ministerio de Desarrollo Social pasaron ahora a estar bajo la órbita y conducción de Píter Robledo, quien además puso en marcha hace un mes el programa Acá Estamos.

Conducido por Máximo Giusto, el Acá Estamos congregó a 225 jóvenes de la subsecretaría de Robledo con el objetivo de salir al Conurbano a relevar comedores escolares (ya se enlazaron con 125), clubes de barrio y organizaciones sociales en la Primera y Tercera Sección bonaerenses. De aquí hasta las elecciones profundizarán el reparto de comida y kits deportivos e intentarán subsanar carencias relevadas durante las recorridas, con el doble objetivo de apagar los incendios sociales en las zonas más vulnerables del conurbano y de mostrar la presencia del Gobierno en el reducto electoral que le es más esquivo al oficialismo desde siempre.

En el Pro aún recuerdan que fue en la zona sur del Gran Buenos Aires en donde Macri obtuvo el año pasado la mayor desventaja de todas las áreas metropolitanas del país con respecto a Daniel Scioli. La gestión de los jefes comunales propios en los distritos tampoco estaría ayudando: en Quilmes, por ejemplo, Martiniano Molina sufre su inexperiencia y la división con la UCR local, a pesar de que el larretismo le puso a su jefe de gabinete y otros técnicos. Desde Nación consideran “ordenadas” solo las administraciones de Tres de Febrero y Vicente López.

En aquella reunión con los referentes jóvenes, Marcos Peña les admitió la dificultad para “capitalizar la realización de las obras” y reconoció que es un desafío comunicacional que el electorado no termine asociándolas en forma exclusiva a los gobernadores e intendentes. Una de las aristas que eligió la cúpula macrista para intentar lograrlo –en pos del triunfo electoral en las legislativas de medio término– es darle fuego a su ascendente armado de juventud. Una nueva experiencia que ya nace con el pesado y poco exitoso reflejo de La Cámpora.

Qué se dice del tema...