El jueves se conmemoraron los 100 años de la primera transmisión radial en el país, que se hizo desde el teatro Coliseo de la Ciudad de Buenos Aires. Para celebrarlo, la Legislatura de la Ciudad dispuso colocar una placa allí y organizó un acto que se realizó de manera virtual con personalidades del medio. Su vicepresidente primero, Agustín Forchieri (VJ), recordó al comienzo del homenaje: “cuanta música, historias, cultura, noticias, debates de ideas y divulgación de conocimientos han pasado por la radio; por supuesto que sufrió cambios, pero claramente se ha adaptado a los avances tecnológicos y nos sigue acompañando”.
Leonardo Halperín (UCR), presidente de la comisión de Comunicación Social, dijo que “la radio es compañía, intimidad, información, educación, pluralidad, democracia, control del poder y el poder de la imaginación y la imaginación al poder”, la cual consideró que es una “herramienta fabulosas para convertir los sonidos en las imágenes que nuestras cabeza quieran”.
Marcelo Guouman (UCR), licenciado en Comunicación Social, afirmó que “este homenaje es muy importante, lo veníamos pensando hace un año y medio, queríamos hacer un acto en el Teatro Coliseo”. Presentó a los invitados Maria Areces, Luisa Delfino, Fernando Bravo, Fernando Subirats, Baltazar Jaramillo, Quique Prosen, Bebe Sanzo, Fernando Marín y al profesor Oscar Bosetti: “jamás me olvidé de ese sábado a la mañana, donde brindó una clase magistral. Con recursos teatrales y vocales, nos explico sobre Orson Wells y su transmisión de La Guerra de los Mundos (que en 1938 demostró el poder de la radio frente a la audiencia)”.
Guomuan también valorizó que en la Argentina “el amanecer democrático, lo vivimos a través de la radio” y también sostuvo que la radio es pluralidad de expresión, ya que da la libertad de elegir que escuchar entre muchas voces.
La vicepresidenta segunda de la Legislatura, María Rosa Muiños (FdT), destacó que “la radio es compañía, confiable, más allá de que no se vea la imagen”. Y recordó anécdotas suyos y de sus bisabuelos, abuelos y padres relacionados con la radio, ya que en su etapa universitaria “uno se despertaba y acostaba con la radio, con Alejandro Dolina”. También evaluó que “la radio es de los medios más democráticos, es de fácil acceso, ya que cualquiera que quiera hacerse escuchar, con pocos recursos, le es posible tener un programa”. Muiños destacó que la primera transmisión, de la opera Parsifal, de Richard Wagner, demuestra que el medio también democratiza los productos de la cultura.
La periodista Maria Areces, recordó sus primeros pasos “en momentos históricos del país”, la década de 1980 y agradeció a “una confianza que alguien tuvo en mi y me ofrecieron trabajar con Eduardo Aliberti que tenía una trayectoria importante. A los 18 años yo venía de un pueblo, estaba medio perdida y no tenían la información política, ya que antes no teníamos tanto acceso”. Afirmó, luego de su basta experiencia, que “hoy trabajar en Radio Rivadavia, es un privilegio ya que le permite cruzarme con Cacho Fontanta o con Héctor Larrea”.
La conductora Luisa Delfino recordó sus comienzos: “yo llegué a la radio, pidiendo que el gobierno de turno nos diera una draga para las inundaciones, en el pueblo de Gualeguaychú y de tanto hablar, me ofrecieron hacer un programa. Yo estaba en periodismo gráfico”. Evaluó que “hoy si bien es fácil crear un canal de you tube o estar en la red y es posible comunicarse; no han matado a la radio, la han reinventado”
Fernando Bravo, saludó a los colegas presentes, con los cuales ha compartido diversos momentos de su carrera: “la radio nos permitió ser las personas que somos, me llevó por la vida, me hizo crecer. Y también me formó. El medio nos exige estar preparados, no ser improvisados, ya que también es un servicio público. Es difusor de culturas, costumbres, modos, principios”.
Recordó lo que hicieron hace 100 años “los locos de la azotea”, se manifiesta hoy en cualquier mensaje radial: “hubo un hombre (Enrique Susini) que transmitió y anunció la llegada de la radio y puso en el aire una radio y del otro lado había oyentes, que se emocionaron. Hoy es exactamente lo mismo, una emoción compartida de aquel que habla y aquel que lo recibe. Aquella piedra fundamental, sigue siendo el mismo fenómeno: el hombre frente al micrófono, para transmitir una emoción. Pasan los años pero el desafío de la radio es estar frente al micrónfono y ver si el discurso es atractivo”
Bosetti destacó las experiencias de los hacedores y destacó la “magia, pasión ternura, compañía, calidez” del medio. “El sonido al igual que la literatura crea universos que son personales e intransferibles. Escuchar radio es abrirse a un lugar donde la imaginación está presente; con esa entrañable aureola”
El docente consideró que el medio tiene obstinada vigencia y va seguir: “La radio se fundó con esos Locos de la azotea. Azotea en esa época se decía al ‘cabeza’. Seguramente eran los locos, no por haber estado en la terraza; sino que estaban en lo más alto, en el paraíso del teatro. Estaban locos de una saludable cordura, que hasta hoy se mantiene. En más de una ocasión Marisa o Luisa han estado a la madrugada hablando solas delante de un micrófono, imaginando aquellos que estaban esperando sus palabras”
Fernando Subirats, gerente de Radio Rivadavia, explicó que “nosotros somos los que estamos detrás; siempre estuvimos del lado de afuera; micrófono solo hacen algunos, no todos”. Recordó que cuando empezó, me dijeron: “chiquito, para vos va ser mejor hacer producción”. Valoró que el medio “sigue siendo absolutamente gratuito”.
Baltazar Jaramillo se definió como “un simple funcionario a cargo de Radio de la Ciudad, desde hace 8 años. Y destacó que el desafío de la radio es conjugarla con la Internet y las redes sociales. Afiromó como necesario “seguir cuidando esa magia”, a lo largo de su siglo de historia.
El encuentro virtual finalizó con breves reseñas de los destacados participantes de la reunión virtual: Quique Prosen, “yo crecí escuchando radio, hacer lo que te gusta y que te paguen, es lo más maravilloso del mundo”; Bebe Sanzo, recordó que “mis viejos me regalaron una spika con sus funda de cuero. Yo quería un juego de magia. Pero finalmente eso se logró” y Fernando Marín evaluó que “de la radio donde se reunía la familia alrededor se pasó a la radio de una sola oreja, con un traje a medida”, pero consideró que siempre va estar vigente.