La pelea por el traspaso de los colectivos entre Nación y Ciudad: negociaciones al rojo vivo

La pelea por el traspaso de los colectivos entre Nación y Ciudad: negociaciones al rojo vivo

Ante la inminencia del traspaso de las 31 líneas de colectivos, las reuniones se acelaron. Qué pasará.


El conflicto entre Nación y la Ciudad de Buenos Aires por la quita de subsidios al transporte de colectivos parece haber encontrado un puente este jueves, luego de que el Gobierno le hiciera un ofrecimiento a su par porteño para transferirle todas las competencias vinculadas al transporte de colectivos.

El ofrecimiento habría sido gestionado directamente entre Luis Caputo, ministro de Economía, y referentes del Gabinete porteño de Jorge Macri.

La resolución del conflicto era esperada por la Ciudad, en medio de la decisión de Nación de quitarle los subsidios a partir de este domingo 1° de septiembre. A tal punto que el propio Macri optó por no viajar a Entre Ríos para participar de un acto del Pro.

Con la quita de subsidios de Nación, el Gobierno había advertido que el sistema podía colapsar o requería un fuerte aumento de tarifas. En las empresas hablaban, por ejemplo, de restringir los recorridos nocturnos. Algo similar ocurre con la provincia de Buenos Aires, el otro distrito que recibe subsidios millonarios para su transporte.

Se espera que la Ciudad acepte la propuesta, aunque primero esperarán a ver la letra chica del traspaso. “Si es total la transferencia, seguramente se acepte”, venían confiando desde hace días a este diario fuentes involucradas en la negociación.

Si bien el principal vocero de Nación en el tema siempre fue el secretario de Transporte Franco Mogetta, la decisión fue tomada directamente por Caputo, que se la comunicó a Macri en las últimas horas, en medio de las tensiones existentes entre ambos gobiernos tanto por el conflicto de los subdisios a los colectivos como el otro todavía latente, el pago de la coparticipación de 2,95% que Ciudad reclama y que tiene un aval de la Corte Suprema de Justicia, cautelar mediante.

El conflicto abierto por el transporte llegó a niveles tan elevados que en la Ciudad bromeaban con que Milei logró ponerlos del mismo lado en el reclamo con el gobierno bonaerense, el otro afectado por la quita de subsidios.

En los últimos días hubo charlas cruzadas entre Néstor Grindetti, jefe de Gabinete, y su par provincial, Carlos Bianco, para intentar diseñar una estrategia conjunta frente a la decisión de Nación de quitar por completo los subsidios a las líneas de colectivos que recorren ambas jurisdicciones.

En Uspallata aseguran no tener la potestad de definir la tarifa de transporte y otras decisiones del área vinculadas a las 31 líneas en disputa. Sostienen que depende de Nación y que sólo puede cambiar esa situación si se transfieren todas las competencias, lo cual hasta ahora no había sucedido. En síntesis, dicen que sólo el Ejecutivo nacional puede bajar o eliminar subsidios al transporte de colectivos y que tiene también la responsabilidad de definir la tarifa, de habilitar y de delinear los recorridos. Si se confirma la transferencia total de las competencias, eso va a modificarse.

En Nación la postura es clara. “No puede el gobierno nacional de todos los argentinos seguir subsidiando a dos jurisdicciones por encima del resto del país, no tiene por qué el interior seguir solventando a la Provincia y a la Ciudad”, dijo el cordobés Moggetta a principios de esta semana. Si bien el Ejecutivo tironeó hasta el final por este tema, finalmente fue Caputo el que intervinó y le buscó la solución que esperaban en la Ciudad: la transferencia por completo de las competencias.

De fondo se encuentra la disputa entre ambas partes por la coparticipación. Caputo comenzó a girar $20.000 millones de pesos por semana a CABA para cumplir con parte del fallo de la Corte que obligaba a Nación a devolver los fondos quitados en 2020 por Alberto Fernández. Sin embargo, Macri reclama $5 billones de pesos en deudas que se habrían acumulado por transferencias en los últimos 48 meses.

Costo del boleto

En la Ciudad explican que el costo “real” del boleto en las 31 líneas apuntadas es de $863 de los cuales $371 los pone el usuario mientras que Nación subsidia $271 y los otros $221 los aporta CABA. Si no hay acuerdo, el boleto en esos colectivos debería pasar a $642 y en caso de que no haya incremento las empresas alertan que corre riesgo la continuidad del servicio por los $7.000 millones al mes que dejarán de recibir.

El otro problema es que en las otras 103 líneas nacionales del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que tiene una cabecera en CABA y otra en provincia de Buenos Aires, seguirán subsidiadas por Nación, por lo cual en la misma ciudad puede haber 31 líneas con tarifas más altas. Ese es un punto por el que también advierten las empresas.

Otro frente de conflicto es el del boleto integrado de la Red SUBE, por el que CABA debería asumir otros $1.500 millones y la provincia de Buenos Aires $6.500 millones mensuales. El beneficio se aplica de forma automática en el momento del viaje solo para las tarjetas registradas: el primero se paga con tarifa plena, el segundo con descuento del 50% y el tercero con 75% de rebaja. En un rango de dos horas se pueden hacer hasta cinco combinaciones de transporte, pero debe existir un intervalo de tiempo mínimo de 2 minutos y no se puede abonar el transporte de otra persona.

El decreto

El otro tema álgido es la posibilidad de que el traspaso de haga por decreto. El gobierno de Javier Milei tiene listo un decreto que podría conocerse en las próximas horas y con el cual traspasará a Jorge Macri el manejo de las 31 líneas de colectivos que circulan dentro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) a partir de septiembre.

Por estas horas se mantiene abierta la negociación entre Nación y CABA sobre si el traspaso de las competencias se hará efectivo a partir de septiembre o si habrá un período de transición que modere el impacto sobre el sistema. Las conversaciones se mantienen casi de manera directa entre el ministro de Economía, Luis Caputo, y el alcalde Macri. En las empresas esperan que se llegue a un punto en común pero advierten que, caso contrario, peligra la continuidad del servicio.

Qué se dice del tema...