Las cifras son contundentes y hablan a las claras de la situación que atraviesa el país. Si a eso, se suma que en un año electoral el dólar suele moverse y la fuga de capitales crece, el tema realmente es complicado.
En los primeros tres años del gobierno de Mauricio Macri, la fuga de capitales ascendió a u$s59.328 millones, más que todo el acuerdo ampliado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Se conoció que el nivel de “Formación de Activos Externos del sector privado no financiero”, conocido como “fuga de capitales”, ascendió a u$s862 millones en diciembre, lo que representó un 111% más en comparación al mes anterior pero un 68% inferior al correspondiente al mismo mes de 2017.
La compra de divisas para atesorar sumó el año pasado nada menos que u$s27.230 millones.
En el primer año de gestión se “fugaron” u$s9.951 millone.
Para 2017, el nivel de atesoramiento alcanzó los u$s22.148 millones.
El año pasad, el nivel de atesoramiento creció 23% respecto al 2017. Esto quiere decir que no fue sólo por la crisis de 2018 que los compradores demandaron más dólares, sino que esto es algo que sucede desde que asumió Cambiemos.
Si bien las reservas del Banco Central acusan un incremento en términos absolutos de u$s40.242 millones en los tres años que lleva la gestión Cambiemos, esto se explica por el ingreso de Organismos Internacionales por u$s15.803 millones, a Operaciones del Sector Público (colocación de deuda) por u$s24.106 millones, otros u$s9.427 millones de otras operaciones como swap con China y otros bancos y u$s3.425 millones de aumento de encajes.
En contrapartida, la compra de divisas del sector privado implicó una pérdida de reservas de u$s12.519 millones.