Juliana Awada, la primera dama argentina, compartió este lunes un almuerzo con la primera dama china, Peng Liyuan, y otras esposas de mandatarios que concurrieron al foro “Una Franja y Una Ruta para la Cooperación Internacional” llevado a cabo dentro de la Ciudad Prohibida, en Beijing.
Pese a que la entrada principal de la Ciudad Prohibida está frente a la histórica Plaza de Tiananmen, Awada y las demás primeras damas ingresaron por una puerta lateral, muy cercana a la residencia del presidente de la República Popular China, Xi Jimping. Es considerada la mayor ciudad imperial y la mejor conservada de las que existen en China.
Awada dijo que: “Es un lugar que nos transporta en el tiempo. Estoy muy contenta por estar aquí y compartir con la primera dama de este país un almuerzo y una charla durante la recorrida”.
Luego, posaron todas para una foto de familia y más tarde se dirigieron al Museo del Palacio Tahié, donde contemplaron y recibieron la exhibición de reliquias que se alojan allí. También presenciaron un espectáculo cultural, para finalmente pasar al almuerzo en el Palacio JianFu.
La Ciudad Prohibida, está ubicada en el centro histórico y geográfico de Beijing. Fue el eje del poder de las dinastías Ming y Qing. Conocida también como el Palacio Imperial o el Museo del Palacio Imperial, recibió esa denominación emblemática porque los ciudadanos comunes no podían ingresar sin un permiso especial y únicamente los cortesanos podían obtener audiencia del emperador.
Según la oficina china de turismo, más de 15 millones de extranjeros visitan anualmente la Ciudad Prohibida, que fue incluida en el Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO en 1987.
Actualmente, el Museo del Palacio Tahié que visitaron las primeras damas, tiene más de un millón de obras de arte únicas y de incalculable valor en su colección permanente, entre las que se incluyen pinturas, cerámicas, inscripciones, objetos de bronce o documentos de la corte.
La primera dama argentina, expresó que fue una experiencia interesantísima, una manera de aprender más sobre la historia y la cultura china. También agregó que, al compartir la actividad con mujeres de todo el mundo, pudieron conversar sobre lo que pasa en sus países y poner sus visiones en común, aprendiendo unas de otras.
