La querella de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner reclama, al igual que lo hizo la propia exmandataria, que se investigue quiénes son los autores intelectuales del intento de magnicidio, mientras que la Justicia federal se centra en los autores materiales y algunos eventuales cómplices cuyo contacto con los hechos surge de conversaciones de WhatsApp.
Aunque aún sin pistas firmes, desde la Justicia Federal insisten en que todas las líneas de investigación permaneces abiertas y en que se buscará descifrar quiénes pudieron estar por detrás de los autores del ataque.
La idea de que el mismo fue planificado por personas distintas a quienes finalmente lo ejecutaron es una de las principales líneas investigativas empujada por la querella, y así lo reveló la propia vicepresidenta el último viernes cuando alegó en defensa propia en el juicio que se le sigue por el caso conocido como Vialidad.
“Nadie puede pensar que esa banda de autores materiales planificó o ideó la autoría intelectual de lo que me hicieron”, sostuvo Fernández de Kirchner desde su despacho del Senado.
Respecto a posibles pruebas, hay al menos seis teléfonos secuestrados en distintos allanamientos, que serán sometidos a peritajes en los próximos días, aunque es baja la expectativa de que surjan de allí datos de trascendencia.
Para los investigadores judiciales, pero sobre todo para la querella, el personaje del cuarto detenido, Nicolás Carrizo es, al menos hasta ahora, el que podría conducir hacia los eventuales autores intelectuales del atentado fallido.
El miércoles se informó que la querella de la vicepresidenta hizo una presentación judicial con el objetivo de que se investigue quién está por arriba del detenido Carrizo y que, para ello, aportó un dato sensible al expediente vinculado con un posible nexo del imputado y solicitó que sea investigado en un legajo reservado.