La religión es uno de los argumentos que más peso tiene entre quienes se oponen al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), de hecho, es la misma Iglesia Católica la que se opone fervientemente a la aprobación de esta iniciativa que le permitiría a mujeres y personas gestantes realizar un aborto hasta las 14 semanas de su embarazo.
Sin embargo, la diputada Claudia Bernazza tiene una visión muy distinta frente a eso. Alega ser una persona creyente, una cristiana practicante, y votará a favor de este proyecto.
“Nunca sentí contradicción entre mis convicciones, creencias o mi apego a las enseñanzas del Evangelio con la aprobación de este proyecto”, indicó la diputada. Y agregó: “Esto se trata de que las mujeres obtengan una ampliación de derechos sobre sus cuerpos y tengan un amparo en la salud pública”.
Bernazza resaltó el trabajo de las Católicas por el Derecho a Decidir, un grupo de mujeres cuyas creencias religiosas no les impiden apoyar la ampliación de derechos humanos para personas con capacidad de gestación. Con esto, explicó su postura. Y además analizó la calidad del debate y los tiempos de sesión que se prevén.
-¿Es la religión un aspecto contradictorio con la aprobación de este proyecto de la IVE?
-Yo soy una persona creyente, tengo una práctica cristiana en las iglesias católicas y nunca sentí contradicción entre mis convicciones, creencias o mi apego a las enseñanzas del Evangelio con la aprobación de este proyecto. Esto se trata de que las mujeres obtengan una ampliación de derechos sobre sus cuerpos y tengan un amparo en la salud pública.
De hecho, la iglesia a la que pertenezco es absolutamente imperfecta, que reúne a seres humanos también imperfectos, y esa iglesia a lo largo de la historia ha demostrado que está impregnada de patriarcalismo, con prácticas cuestionables que no surgen de la letra del Evangelio. Se tratan de prácticas que surgen de la historia, del orden social y económico que primó en cada siglo y en cada era.
La iglesia se ha impregnado de las condiciones sociales de cada tiempo, y no ha escapado a ser una institución patriarcal, autoritaria, jerárquica, que ha ejercido violencia, que ha torturado, privado de derechos humanos, es una iglesia absolutamente pecadora. Y eso no invalida las enseñanzas del Evangelio.
Me parece que las creencias de los pueblos hay que respetarlas siempre. En mi caso me crié con creencias cristianas, pero me siento en completa comunión con creencias hinduistas, orientales, musulmanas, judías, de las creencias de las personas originarias del continente… en sí, de todas aquellas personas que creen en un orden sobrenatural, en la trascendencia de la vida. Y me parece que esto es absolutamente compatible con el cuidado de la salud humana y su soberanía.
-Sin embargo, la mayoría de los argumentos que se plantean en contra de la legalización y despenalización del aborto son de índole religioso o eclesiástico. Según tu parecer, ¿por qué la religión no se opone a interrumpir un embarazo?
-Yo las y los invito a leer y seguir a las Católicas por el Derecho a Decidir que han trabajado mucho este tema, en especial reconociendo que la creencia en una divinidad, en un Dios, o un orden sobrenatural, es una creencia que nos hace mejores varones y mujeres, mejores personas, y que en esta búsqueda de la dignidad humana que busca toda divinidad, hay que entender que si a alguien se le ha complicado esa tarea es a las mujeres.
-¿Considerás que el debate, luego de ya haber sido debatido en este mismo recinto, se puede plantear más maduro y respetuoso?
-Es exactamente lo que está sucediendo: hay un debate más maduro. Todas y todos hemos aprendido porque los debates del 2018 están en el haber de esta casa, con lo cual se han ahorrado muchísimas exposiciones las sesiones informativas, que fueron más ágiles, al igual que lo está siendo esta sesión; las intervenciones de las y los diputados están siendo mucho más concretas.
Se observa un mayor respeto por la posición diferente, se respeta la opinión del otro sin tildarlo de asesino ni generar esos motes que hacen que se convierta en imposible dialogar.
De hecho, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, hizo al iniciar la sesión un pedido especial: que no hubiera este tipo de insultos y de debates violentos. Y más allá de que él lo pidió, se nota en el ambiente que hay un mayor respeto, de los dos lados lo digo.
Se sabe ya que todos estamos buscando el mayor bien común a través del derecho y la legislación, aunque de formas diferentes, pero de eso se trata la democracia, no siempre nos vamos a poder poner de acuerdo en todo y las diferencias las tramitan estas casas: los congresos, para eso estamos.
Este debate que estamos haciendo me parece un gran ejercicio democrático y es evidente en la calle, en la plaza, en general, en los mensajes que nos envían los propios ciudadanos, que ya no son frecuentes los insultos ni la violencia.
En principio, lo que más me interesa es que, tal vez no encontremos puntos en común entre ambas posturas, pero sí estamos más en una lógica de argumentar y contraargumentar, sin caer en la descalificación o el insulto.
-¿Cuánto podría durar esta sesión?
-Así como las reuniones informativas fueron mucho más ágiles y breves que en el 2018, creo que va a suceder lo mismo con la sesión, donde se están cumpliendo con los tiempos asignados a cada diputado y diputada, por lo que creemos que se aprobará cerca de medianoche, y luego se tratará el Plan de los Mil Días, estimamos que cerca de las 5 o 6 AM, cerca del amanecer. El amanecer de un nuevo tiempo en la Argentina.