La Secretaría General de la Presidencia tuvo que salir a dar una respuesta oficial y tomar medidas administrativas ante una publicación anónima que comenzó a viralizarse en las redes sociales y en la que se mostraba un volquete cargado de muebles antiguos, en las inmediaciones de la Casa Rosada, y cuyo destino final era fundirse en la basura.
“El macrismo, que desprecia la historia y la memoria, ordenó a los empleados de mantenimiento de Casa Rosada, tirar los muebles antiguos a la basura”, denuncio la publicación anónima, que comenzó a circular con mayor frecuencia en las últimas horas y hasta motivó una respuesta oficial de la oficina de Fernando De Andreis.
Entre los argumentos en contra, la publicación asegura que “los muebles de la foto tienen una historia valiosa, un trabajo artesanal único y hasta parecen inventariados” y que “si se rompieron o precisan restauración, para eso Casa Rosada cuenta con sus propios Licenciados y Técnicos en conservación y restauración de bienes culturales”.
Desde la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de la restauración de la Casa de Gobierno, señalaron que fueron desechadas las “partes más afectadas de los bienes” porque estaban “notoriamente deteriorados y de díficil reconocimiento”, aunque reconocen que “fue un error que se desecharan sin haberse completado el proceso de baja patrimonial como bienes en desuso”.
“Es por ello, que estos restos de mobiliario fueron reincorporados en forma inmediata al depósito del Museo, donde permanecerán hasta que se complete su baja administrativa y se proceda a su posterior donación. Considerando la posible falta en la que se habría incurrido, se procederá a abrir un sumario administrativo con el objetivo de investigar esta situación”, señalaron voceros oficiales.
También señalaron, puntualmente sobre el mobiliario, que se trata de “materiales cuyo valor histórico o como pieza es nulo” y que se “se trata de de fragmentos de muebles, no muebles enteros, en tal estado de deterioro que en muchos casos ni siquiera se dispone de la pieza completa”.
“Ninguno reviste valor como mueble o bien histórico, por lo que no es razonable encargar una restauración”, aseguraron, para luego brindar detalles sobre el origen de los mismos y cómo llegaron a los depósitos del Museo Casa Rosada, bajo la órbita de Subsecretaría General de la Presidencia, hoy vacante tras la renuncia de su ex titular Valentín Díaz Gilligan hace una semana, tras ser acusado de ocultar una cuenta bancaria en Andorra por lo que fuera imputado por presunto lavado de dinero.
Al respecto, señalaron: “Desde años cincuenta, que se fundó el museo, se ubicaron en exhibición en las galerías de la aduana entonces existente. Pero el lugar presentaba un estado de humedad permanente, porque se inundaba hasta con 10 centímetros de agua, y como consecuencia de ello, gran cantidad de muebles apoyados en el piso se fueron deteriorando y es por razón que fueron enviados al depósito entre 1994 y 1995”.