El expresidente Mauricio Macri continúa con el despliegue de su intensa agenda política en Buenos Aires, tras su regreso de Villa La Angostura el lunes pasado. Trabaja desde la mañana temprano y hasta las 18 con decenas de reuniones en sus oficinas de la calle Avenida Del Libertado, en Vicente López.
El jefe de Estado no ignora la relevancia institucional de Macri ni del Pro, que le dan soporte parlamentario y legitimidad de ejercicio a un Gobierno frágil en lo político. Empero, asume que el manejo quirúrgico de los tiempos políticos que aplica el expresidente puede condicionarlo, por eso busca conservar una excelente relación al mismo tiempo que marca la agenda.
Desde que asumió la Presidencia, Milei habla con Macri semanalmente. Tienen una comunicación directa, sin intermediarios. Se llaman, chatean, intercambian preguntas y consejos. Pero no volvieron a verse personalmente desde el 10 de diciembre. Para evitar pagar costos políticos impropios, el fundador del Pro mantiene la equidistancia respecto del Gobierno y por estas horas intenta no apurar una cumbre con el jefe de la Casa Rosada.
Algo que tampoco se conoce es el lugar de la reunión. Milei y Macri se caracterizan por romper protocolos. Por eso no se descarta que ambos puedan coordinar entre sí un encuentro y hacerlo de forma hermética, en un lugar neutro. El líder del Pro siempre juega de local en sus reuniones políticas. Pero esta vez se da la particularidad de que su interlocutor es Presidente de la Nación.
La incertidumbre respecto a la reunión entre ambos líderes se produce en medio de los rumores sobre una posible alianza del Pro con La Libertad Avanza (LLA). En el círculo de Macri descartan que exista tal acuerdo y relativizan una convergencia con el Gobierno: “Si hay algún tipo de coalición, será más adelante”, evaluó un referente nacional del partido amarillo.
Milei ha manifestado en público su deseo de fortalecer su escudo legislativo con el Pro y aludió como horizonte de la alianza las elecciones de 2025. No obstante, pone paños fríos a la hora de hablar de un desembarco del macrismo en el Gobierno. Sobre este telón de fondo se dará en los próximos días el cara a cara de Macri y Milei. De todos modos, la reunión presencial no alterará la cordialidad que ambos cultivan en sus diálogos remotos.
Mientras tanto, Macri prioriza hoy avanzar en el ordenamiento del Pro. Se apresta a presidir el partido a partir de marzo y fortalecer la identidad política. Con ese objetivo, este jueves se reunió con los gobernadores Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, y Nacho Torres, de Chubut. Junto a Jorge Macri, Jefe de Gobierno de la Ciudad, los mandatarios e intendentes amarillos pujan para tener representación decisiva en el partido. El expresidente está de acuerdo en incluirlos y darle una fisonomía federal al espacio. Por estas horas, se enfoca en esa tarea antes de apurar cualquier pacto con Milei.