La postergación del tratamiento de la ley ómnibus en Diputados ya era un hecho en el mediodía del viernes, cuando la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, almorzaba en el Senado con Martín Menem, presidente de la Cámara baja y encargado de las frustradas negociaciones con la oposición dialoguista.
El almuerzo en el comedor de la Cámara alta, definido desde La Libertad Avanza (LLA) como “de seguimiento”, fue visto como un fuerte respaldo de la influyente secretaria general a Menem, en tiempos en los que arrecian las críticas internas al titular de Diputados “por su inexperiencia” a la hora de gestionar una coyuntura más que compleja. La “Ley Bases” ya tuvo 139 artículos eliminados y 17 modificaciones y su tratamiento todavía no está asegurado a pesar de las concesiones del Gobierno.
Más allá de los guiños presidenciales hacia su figura -el Presidente retuiteó una crítica de Menem a la oposición kirchnerista-y de las coincidencias generales sobre el rumbo de la gestión, el sobrino del expresidente Carlos Menem parece “en observación” de la Casa Rosada, a tiro de cuestionamientos internos. Además, carga con la desconfianza de la oposición, que califica su rol como secundario, ya que “no puede definir si un artículo tiene que ir o no, tiene que preguntar todo”, según define un integrante de unos de los bloques dialoguistas.
Los que critican el rumbo que está tomando la Argentina son los mismos que dejaron 45% de pobres, 200% de inflación y los peores salarios de sudamérica.
Todavía no toman conciencia de que han dejado un país verdaderamente arruinado.
— Martin Menem (@MenemMartin) January 29, 2024
“El Presidente y Martín están en contacto permanente”, retrucan en Balcarce 50 cuando la consulta gira en torno al vínculo entre ambos. Con la ayuda de su primo Eduardo “Lule” Menem, también presente en el almuerzo con Karina Milei, el presidente de la Cámara de Diputados activa los contactos con la oposición dialoguista, a fin de poder sesionar mañana o pasado.
“Menem no tiene un problema con nosotros, lo tiene dentro del propio Gobierno. Lo único que hizo fue prestarle la oficina a tres técnicos inflexibles de jefatura de gabinete”, se despacha uno de los diputados que participó de las tratativas de la semana pasada, en las que el jefe de gabinete, Nicolás Posse, a través de emisarios, y el joven asesor presidencial Santiago Caputo quedaron al mando de las conversaciones. El acuerdo, de todos modos, no se alcanzó.
Tensiones e inexperiencia
Al otro día, en un conocido bar de la Recoleta, Caputo y Menem se dividieron para negociar con los bloques opositores, aunque estaba claro que el asesor de Milei era quien llevaba el mandato para resistir o autorizar modificaciones.
“Son tensiones que recién están comenzando. Santiago Caputo tuvo que tomar el control, contra su voluntad, porque no es lo que le gusta. A Menem le van a facturar la inexperiencia”, sostiene una fuente libertaria al tanto de la trama interna del Gobierno.
El otro funcionario que parece haber quedado en la mira, aunque cerca del Presidente niegan cualquier cortocircuito, es el ministro del Interior, Guillermo Francos, que dialoga con gobernadores y legisladores, pero que también mostró sus limitaciones a la hora de definir los cambios en la ley, según sus interlocutores opositores. “Desgaste, por supuesto, las negociaciones siempre generan desgaste personal, ir y volver, pero el Presidente tiene una convicción total en el camino que tiene que seguir”, dijo el ministro del Interior ayer, en declaraciones a CNN Radio.
Luego de constatar la falta de apoyo de la oposición, que obligó al oficialismo a eliminar capítulos clave (previsional y fiscal) de la norma, el Gobierno confía en que con la nueva propuesta de limitar las facultades delegadas tendrá el número suficiente para aprobar la norma. ¿Y si ello no ocurre? “El Gobierno llegó hasta acá con los cambios. Tenemos mecanismos institucionales”, advirtieron cerca del Presidente, y no descartaron en ese caso el llamado a un plebiscito, “para que quede claro quien se opone, y que la gente sea la que decida si quiere o no los cambios”.
“Si empezamos otra vez a destrozar artículos no se le permite avanzar al Gobierno. El tratamiento debería ser rápido”, dijo Francos, en cuestionamiento a los crecientes reclamos de la oposición, que hoy se centran, al menos en el bloque Hacemos Coalición Federal que encabeza Miguel Ángel Pichetto, en la necesidad de coparticipar el Impuesto País, a las importaciones y las tarjetas de crédito.
“Los que critican el rumbo que está tomando la Argentina son los mismos que dejaron 45% de pobres, 200% de inflación y los peores salarios de Sudamérica. Todavía no toman conciencia de que han dejado un país verdaderamente arruinado”, escribió Menem, en un posteo crítico hacia el kirchnerismo, retuiteado por el Presidente. Sin cortocircuitos personales con el Presidente, su gestión es mirada con lupa por estas horas, dentro y fuera de Balcarce 50, y su poder de decisión sigue siendo acotado.