En el año 2015 se producirá, al menos en territorio porteño, una extensa maratón electoral, cuya sola circunstancia invalida las quejas que se han escuchado en algunos ámbitos con respecto a un supuesto “exceso de civismo”. El ejercicio de la democracia exige un paralelo ejercicio de la responsabilidad y quien se niega a ejercer alguna de ellas pasa a ser inevitablemente un cultor del arte equívoco de la displicencia, en línea con el atroz analfabeto político que describió con arte Bertold Bretch.
Los residentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires deberán concurrir a las urnas en seis ocasiones, si hubiera segundas vueltas en las elecciones locales y nacionales. Más aún, como mínimo habrá cuatro rondas electorales para el caso de que algún partido o coalición produjera triunfos contundentes en las primeras vueltas de las elecciones nacionales y locales, algo que no figura en las previsiones de los encuestadores.
El desdoblamiento que planteó Mauricio Macri, que, por otra parte, está pautado desde hace años por una ley (la Nº 875/02) –que se debería haber modificado si se hubiera querido unificar los comicios locales con los nacionales– duplicó la concurrencia a votar de los porteños, que irán a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) para cargos locales el 26 de abril, y luego votarán cargos ejecutivos y legislativos de la Ciudad el 5 de julio, en primera vuelta, y el 19 de julio en segunda ronda.
Las elecciones presidenciales y del Congreso nacional, por otra parte, comenzarán el 9 de agosto con las PASO, a las que seguirán la primera y la segunda vuelta, el 25 de octubre y el 22 de noviembre de 2015, respectivamente.
Los porteños votarán el 5 de julio a un jefe de Gobierno, a 30 legisladores y a 105 comuneros. El 26 de febrero cerrará la recepción de las listas para los comicios. Los electores deben recordar que, a partir del 1 de julio de 2015, el único documento válido para votar será el nuevo DNI tarjeta, por lo que deberán renovar este instrumento antes de esa fecha. Los mayores de 75 años son los únicos exceptuados de realizar el trámite.
Elecciones electrónicas
A tono con la tónica modernista que intenta implementar en su gestión, el Pro envió a la Legislatura un proyecto que plantea el uso, por primera vez en la Ciudad, de la boleta electrónica.
El sistema que se utilizará en la capital argentina consiste en una pantalla táctil que contendrá las boletas electorales de los partidos, en la que el votante deberá elegir su opción. El sistema imprimirá en un papel un QR (código de barras) o un chip de radiofrecuencia. Estas son las dos posibilidades que se digitan. Luego el votante deberá plegar el papel e introducirlo sin sobre en la urna.
La consola que contendrá el sistema no tendrá memoria, seguramente para aventar las sospechas de manipulación. Por esto, la máquina no tendrá archivos, más allá de la carga de las boletas electorales.
Una vez que se termine el horario de la elección, el presidente de mesa, con la supervisión de los fiscales, escaneará el QR o el chip para contar los votos. En la votación que se produjo en Marcos Juárez, en la que triunfó el candidato del Pro Pedro Dellarrosa, se utilizó este sistema sin mayores problemas. Resultó ser un trabajo mucho menos extenso que el de las elecciones anteriores para computar la totalidad de los votos.
Los asesores consideran que con este sistema “gana en calidad la democracia, porque suele haber en la Ciudad unos 150 mil o 200 mil votos que se pierden por estar anulados, impugnados o recurridos”, fallas que con el uso del voto electrónico pasarían al olvido.
El sistema todavía no está definido, según una fuente gubernamental. Los funcionarios consideran que aún tienen tres meses para ponerlo en marcha, por lo que en estos momentos se están confeccionando los pliegos de la licitación, para la que hay tres empresas en danza. Esta se realizaría finalmente en enero o en febrero, a más tardar.
Los asesores prevén capacitar a los presidentes de mesa y a los fiscales en el mes de marzo, ya pisando los límites. Estos consideran que el sistema, que es similar al que se implementó en Salta, es el más “amigable”.
Hasta ahora hubo voto electrónico solamente en Salta, en la ciudad de Río Grande, en Pinamar y en el mencionado distrito de Marcos Juárez.
De todos modos, la implementación del sistema en la Ciudad de Buenos Aires recibió cuestionamientos de la oposición (ver recuadro), que presentó sus denuncias ante el Tribunal Superior de Justicia.
Unificadas o desdobladas
En el resto del país, el panorama ofrece disímiles aspectos. Dentro de la grilla, hasta ahora once provincias unificarán sus fechas comiciales con la elección nacional, en tanto que otras nueve desdoblarán. Hay dos provincias que aún no definieron su cronograma electoral y otras dos –Corrientes y Santiago del Estero– que elegirán gobernadores y legisladores provinciales recién en 2017, producto de anteriores crisis institucionales que motivaron su intervención de parte del Poder Ejecutivo de la Nación.
Los que unificarán
Todos los gobernadores que unificarán las elecciones provinciales con las nacionales pertenecen al Frente para la Victoria, excepto el mandatario de Río Negro, Alberto Wereltineck.
Las otras provincias que realizarán sus comicios distritales junto con los nacionales son Buenos Aires, Formosa, Mendoza, Catamarca, Chubut, San Juan, Entre Ríos, Santa Cruz, La Pampa y La Rioja.
Hay 13 gobernadores que no pueden repetir sus candidaturas. Son Daniel Scioli (Provincia de Buenos Aires), Jorge Capitanich (Chaco), Antonio Bonfatti (Santa Fe), Mauricio Macri (CABA), José Alperovich (Tucumán), Francisco Pérez (Mendoza), José Luis Gioja (San Juan), Maurice Closs (Misiones), Luis Beder Herrera (La Rioja), Jorge Sapag (Neuquén); Oscar Jorge (La Pampa), Fabiana Ríos (Tierra del Fuego) y Sergio Urribarri (Entre Ríos).
Por su parte, los que tienen la oportunidad de repetir un nuevo mandato son Juan Manuel Urtubey (Salta), José Manuel de la Sota (Córdoba), Eduardo Fellner (Jujuy), Gildo Insfrán (Formosa), Lucía Corpacci (Catamarca), Martín Buzzi (Chubut), Alberto Wereltineck (Río Negro), Daniel Peralta (Santa Cruz) y Claudio Poggi (San Luis).
Los que pueden reelegir confían en el “efecto arrastre” de un triunfo en la elección nacional del candidato oficialista del Frente para la Victoria. El poder político real de esta fuerza reposa, en gran medida, en la popularidad de sus gobernadores, que manejan sus distritos con mano de hierro y así le aseguran al candidato peronista una victoria o, en el peor de los casos, una derrota que a ellos les permita retener su poder hasta que lleguen mejores tiempos.
Si bien muchos de los integrantes de la Liga de los Gobernadores –al igual que los de la Liga de los Intendentes, que interactúan con ellos con soltura– han recibido numerosos cuestionamientos, con su presencia y su accionar constante en el propio territorio en el que se decide la política han logrado retener para sí los resortes básicos de un poder que cualquier candidato presidencial necesitará que se vuelque en su favor para que sus boletas tengan posibilidades de triunfar. Más aún si este es uno de ellos, como sería el caso de Daniel Scioli.
Lo mismo, si Sergio Massa lograra plasmar en votos la performance del gobernador rionegrino Alberto Wereltineck, que recientemente emigró hacia sus filas desde el Frente para la Victoria, significaría un importante aporte para su campaña.
De todos modos, Wereltineck, que fue candidato a vicegobernador en una fórmula conjunta con Carlos Soria –asesinado por su propia esposa 21 días después de asumir su cargo– heredó un poder malévolo, que pareciera que quemara entre sus manos. Su futuro dependerá de la forma en que se resuelva la rivalidad que protagoniza el gobernador con el actual senador y candidato a sucederlo en el cargo, Miguel Ángel Pichetto.
Los que desdoblarán
Tres de los distritos más importantes, Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, eligieron el camino del desdoblamiento, ya que sus mandatarios, todos opositores al Gobierno nacional, esperan que un triunfo previo a la elección nacional sobre los candidatos del oficialismo nacional aporte volumen a sus propias performances.
La Ciudad de Buenos Aires y Santa Fe ya fijaron las fechas de sus elecciones. Macri convocó a las PASO para el 26 de abril, en tanto que habrá elecciones para cargos distritales el 5 de julio y, si hay necesidad de convocar a la segunda vuelta, sería el 19 de julio.
Bonfatti llamó a votar en primarias el 19 de abril, en tanto que las elecciones provinciales serán el 14 de junio.
José Manuel de la Sota, por su parte, aún no fijó la fecha, aunque en los medios se especula ya con que se realizarían el 28 de junio, a pesar de que el propio mandatario había anunciado un mes atrás que serían en agosto o en septiembre de 2015.
Los gobernadores de Neuquén, Jorge Sapag, y de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, también convocarán a sus comprovincianos a votar para cargos locales separadamente de los nacionales, aunque hasta ahora siguen sin fijar fecha. La mandataria fueguina está obligada por ley provincial a desdoblar, al igual que Macri. Las elecciones en Neuquén se realizan desde 2007 en el mes de junio. En esta ocasión, es casi seguro que se tendrán lugar en el transcurso del primer semestre del año próximo.
También entre los que votarán cargos provinciales hay gobernadores del Frente para la Victoria, que son los mandatarios de Jujuy, Eduardo Fellner; de Salta, Juan Manuel Urtubey; de Chaco, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, y de Tucumán, José Alperovich.
Según las encuestas más recientes, casi todos estos cuentan con posibilidades de retener el poder, aunque en algunas provincias, si se produjera la confluencia en una sola lista de sus opositores, estos aún tienen posibilidades de obtener algún triunfo.
De los mencionados, solo Juan Manuel Urtubey y Eduardo Fellner pueden ir por la reelección, en tanto que José Alperovich y Jorge Capitanich –hay que recordar que Bacileff Ivanoff es su vicegobernador, que lo reemplazó cuando fue designado como jefe del Gabinete de Ministros de la Nación– ya no pueden volver a postularse para su reelección.
De estos, solamente Urtubey y Bacileff Ivanoff fijaron la fecha de los comicios provinciales, que se realizarán el 17 de mayo en Salta y el 20 de septiembre en Chaco. Las PASO provinciales se harán, en la primera de las provincias, el 12 de abril, y en la provincia del noreste, el 24 de mayo. Hay que agregar que, en el caso de Chaco, el desdoblamiento es un imperativo legal.
Los que dudan
Hasta ahora, solo en dos distritos se demoró la definición acerca de la fecha precisa de la elección: San Luis, que unificaría, y Misiones, que desdoblaría.
En el primer caso, el gobernador Claudio Poggi espera a que Adolfo Rodríguez Saá –de quien es un incondicional– se decida a lanzar su candidatura presidencial para resolver si unifica. En ese caso, se especula con que esto es lo que haría, teniendo en cuenta que les sería ventajoso reunir ambas boletas electorales. La única razón para desdoblar sería que “el Adolfo” no se decidiera a presentar su candidatura presidencial.
Maurice Closs, el gobernador misionero, insinuó, en un encuentro reciente con periodistas de su provincia, que si las posibilidades de triunfo del Frente para la Victoria decrecieran, desdoblaría los comicios provinciales de los nacionales porque así no tendría temor a que se lo reprocharan desde Buenos Aires. o