Este viernes se prorrogó el acuerdo entre la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación General del Trabajo (CGT) por suspensiones y recortes salariales para los trabajadores.
El pacto había sido sellado al comienzo de la cuarentena por la pandemia de coronavirus y expiraba a fines de mayo.
El mismo prevé una rebaja del 30 por ciento de sus salarios a los trabajadores que estén suspendidos ante la merma de producción y en su momento tuvo el visto bueno de los ministros Claudio Moroni y Matías Kulfas, de Trabajo y Desarrollo Productivo, respectivamente.
Ese acuerdo en detrimento de los ingresos de los trabajadores fue el que desató la primera gran grieta entre las centrales sindicales que dieron su apoyo explícito al Frente de Todos en las elecciones de 2019.
Ante la extensión de la cuarentena y las miras de que ésta se extienda en la zona del AMBA (Ciudad y Conurbano bonaerense), desespera a los trabajadores ante la falta de medios para subsistir y crece la preocupación en el sector. Sin embargo, ese fue el porcentaje que el sindicalismo en cuestión consideró oportuno al “contemplar” los déficits de ambas partes.