El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, le propuso a su homólogo chino, Chang Wanquan, firmar la hoja de ruta del desarrollo de la cooperación en la esfera militar entre ambas naciones para el período que comprende los años 2017 a 2020.
Desde la parte rusa están seguros de que en las conversaciones ruso-chinas se “da testimonio de un diálogo constructivo en torno a los complejos problemas de la seguridad global y regional”.
Por su parte, el presidente del Centro de Análisis Ruso-Chino, Serguéi Sanakóev, consideró que la firma de la hoja de ruta supondrá una continuación lógica del acercamiento entre ambas potencias, en particular en el ámbito militar.
“Hoy en día, la cooperación político-militar entre Rusia y China no tiene precedentes. Es una cooperación en los ámbitos técnico-militar y puramente militar que ha evolucionado a lo largo de los años“, destaca el analista, citado por Svobodnaya Pressa.
Según Sanakóev, en las conversaciones no se trata solo de teoría y documentos, sino también de acciones concretas y prácticas, tales como los ejercicios militares conjuntos.
“Teniendo en cuenta el hecho de que nuestra cooperación ya está a un nivel muy alto, el documento actual es más bien una sistematización de estas relaciones (…). Se trata de un paso normal en la interacción que ya tenemos”, explicó Sanakóev al periódico mencionado.
La firma de la hoja de ruta destaca, no obstante, la singular importancia de las relaciones bilaterales entre ambos países. A pesar de que en los documentos no aparece el nombre formal de ‘alianza’, eso es lo que son ‘de facto’ Moscú y Pekín: aliados.
“Esta interacción de dos de los ejércitos más grandes del mundo debería enfriar las ‘cabezas calientes’ de los que quieren defender el formato de un mundo unipolar y la hegemonía de un solo país a cualquier precio, poniendo en peligro la paz“, agregó Sanakóev.
Por otra parte, Vasili Kashin, investigador de la Escuela Superior de Economía y miembro del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, explicó también a Svobodnaya Pressa que “la cooperación militar entre los dos países ha alcanzado un nivel tan alto que es posible que desarrollen operaciones conjuntas“.
A su juicio, no se podría excluir que, si se produjera una crisis en Asia Central o el Cercano Oriente, que afecte a los intereses de ambos países, podría tener lugar una operación militar conjunta. “En cualquier caso, desde el punto de vista militar, todo estaría listo para eso“, concluyó Kashin.