La Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), que lidera Gerardo Martínez, promueve un fuerte gesto político en medio de las peleas del Frente de Todos: realizará el viernes próximo un acto con la presencia de representantes del peronismo y unos 20.000 trabajadores para defender a Alberto Fernández y ratificar un mensaje en favor del “desarrollo, la producción y el trabajo”.
El propio Presidente será el encargado de dar un discurso para cerrar este encuentro, que tendrá lugar en el campo de deportes de la UOCRA, en el partido bonaerense de Esteban Echeverría, y al que se está invitando a gobernadores, intendentes, legisladores, funcionarios nacionales, dirigentes del PJ y otros dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT).
Si bien el mensaje será sobre la necesidad de “bajar los decibeles” y un pedido para dirimir las internas “puertas adentro”, se resolvió no invitar al líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, para evitar incomodidades.
Sin embargo, según Infobae, este tipo de gestos políticos causan malestar en gremialistas que no comparten la decisión de que la central obrera se alinee con Alberto Fernández o Cristina Kirchner.
Uno de ellos es el secretario de Políticas Educativas de la CGT y titular de la Unión Docentes Argentinos (UDA), Sergio Romero: “Hay un grupo de dirigentes con exceso de oficialismo en desmedro de la situación precaria que viven muchos trabajadores en la Argentina”.
Romero es uno de los sindicalistas de la CGT que comenzaron a hablar con más frecuencia con la idea de tener autonomía tanto de los fieles a Alberto Fernández como de los seguidores de Cristina Kirchner. Creen que unos y otros deberían ser independientes en la disputa del oficialismo y sostener un discurso centrado sólo en la defensa de los derechos de los trabajadores.
Esa postura no es la de dirigentes como Martínez y otros, como los hermanos Daer, que vienen dando señales desde hace 10 días en apoyo de Alberto Fernández, sobre todo a partir del discurso que Cristina Kirchner brindó el 7 de mayo pasado en el Chaco, en el que marcó nuevamente sus discrepancias con el Presidente y con la política económica del ministro Martín Guzmán.
Desde entonces se multiplicaron los gestos de los sindicalistas más próximos al Presidente: el titular del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), Rodolfo Daer, homenajeó al ministro Moroni, uno de los funcionarios albertistas que está en la mira del kirchnerismo.
Luego se hizo el congreso de la Federación de Trabajadores de la Sanidad (FATSA), donde sus líderes, Carlos West Ocampo y Héctor Daer, invitaron a Alberto Fernández para el discurso de cierre y elogiaron a Moroni, calificado como “el mejor ministro de Trabajo que tuvimos en muchísimos años”.
El mismo día, en un acto realizado en el Ministerio de Trabajo, Gerardo Martínez destacó que “la CGT acompaña al gobierno de Alberto Fernández” y rechazó las “injerencias políticas” en las negociaciones salariales. Incluso hubo una frase que para algunos aludía a Cristina Kirchner por sus elogios al bancario Sergio Palazzo tras haber logrado un 60% de aumento: “No necesito que ningún político me venga a enseñar a cómo debo cerrar mis paritarias ni qué porcentaje debo acordar. Yo firmé el 62% y no preciso que nadie nos aplauda”.
El líder de la UOCRA insistió en su discurso cuando hace una semana, en el AmCham Summit 2022, señaló ante unos 800 empresarios que “la CGT defiende la institucionalidad de la figura presidencial de Alberto Fernández y de su ministro de Economía”. Por la tarde, Martínez reiteró esa posición en el Congreso Nacional de Delegados Congresales de su gremio, realizado en Parque Norte, al que concurrieron funcionarios albertistas como el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y Moroni.
Aun así, el sindicalista criticó al Gobierno al afirmar a Infobae que “falta un plan antiinflacionario” y, además, que “se necesita una tranquilidad política de aquellos que gobiernan para generar confianza”. “Queremos que haya un plan económico que tienda a bajar la inflación, que es el impuesto a la pobreza, el colesterol malo de la sociedad”, sostuvo.
Es más, reveló que en la CGT “se está conversando” sobre una movilización para protestar contra la inflación: “Tiene que haber una reacción de los trabajadores organizados, con una acción concreta para generar la alarma de que este proceso inflacionario no nos da destino”, señaló.
Martínez aseguró que el sindicalismo proyecta “una gran movilización planteando bajar la inflación, algo que muestre una reacción en la defensa de nuestro poder adquisitivo”.
El respaldo a Alberto Fernández ante la ofensiva de Cristina Kirchner es una forma de defenderse por parte de un sector sindical que maneja la CGT, integrado por “los Gordos”, como Héctor Daer (Sanidad) y Armando Cavalieri (Comercio), y los “independientes”, Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). Estos dirigentes piensan que cuanto más se debilite el poder del Presidente mayor será el avance kirchnerista contra ellos.
Creen, además, que el rol opositor que pasó a desempeñar la Vicepresidenta puede dejar al país “en un escenario peor al 2001″ en materia de crisis institucional. Y, además, que el kirchnerismo efectivamente irá por la plata de las obras sociales a través de la anunciada reforma del sistema de salud y buscará el desembarco de La Cámpora en los sindicatos en caso de que consigan desplazar a Moroni del Ministerio de Trabajo y reemplazarlo por un dirigente leal a Cristina Kirchner.