El jueves 28 de febrero tuvo lugar en la sede central del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) el acto de lanzamiento de la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA), que fue encabezado por el secretario general de SMATA y de la flamante entidad, Ricardo Pignanelli y por el secretario adjunto de CSIRA, Antonio Caló. Los invitados de honor fueron los ministros de Trabajo, Carlos Tomada y de Industria, Débora Giorgi, que fue designada como Madrina de la nueva federación industrial.
Integran además la CSIRA la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la Asociación Obrera Textil (AOT), la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA); la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA); la ASIMRA (Supervisores metalmecánicos); la Federación Trabajadores de Industrias de la Alimentación (FTIA); el Sindicato Obrero de la Industria del Vestido y Afines (SOIVA); la Federación Obrera Nacional de la Industria del Vestido (FONIVA); la Federación Argentina Sindical de Petróleo, Gas y Biocombustibles (FASP y GP) y la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), Rama Industria Farmacéutica, entre otras.
Estuvieron presentes también en el acto el secretario general de la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación, Rodolfo Daer; el secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez; el rector de la Universidad Tecnológica Nacional, Héctor Brotto; el secretario general de FASP, Alberto Roberti; el presidente de la Confederación General Económica (CGE), Marcelo Fernández; el secretario general de la AOT, Jorge Lobais; el secretario adjunto de la UOM, Juan Alberto Belén, cuyo trabajo destacó en el final del acto Pignanelli; Romildo Ranu, de FONIVA; Néstor Genta, de ATSA, Rama Industria Farmacéutica; Luis García Ortiz, de ASIMRA y Héctor Laplace, de AOMA.
El secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, Gerardo Martínez (UOCRA), fue el primer orador y el primero en reivindicar a Néstor Kirchner, una constante entre todos los oradores que lo sucedieron. “En 2003 explotó todo –relató el gremialista- y nos quedamos sin trabajo, sin industria y sin país, más cerca de la disolución que de la Nueva Argentina. Pero en 2003 un jefe político, con valentía y con resolución nos convocó al Proyecto Nacional a partir de la esencia de los trabajadores”.
Después habló el secretario general de la UOM, Antonio Caló, que destacó que “antes éramos con el SMATA como Boca y River, pero ahora somos un seleccionado de todos los gremios para defender la industria nacional. No podemos olvidar que antes éramos unos 400 mil trabajadores afiliados a nuestros gremios y ahora somos más de tres millones. Allá por el 2003, hubo un compañero que no había ganado las elecciones, en el tiempo en que el uno a uno era para pocos argentinos, que fue a la segunda vuelta pero el otro candidato no se atrevió a presentarse. Ése era un país arrasado, un país perdido. Nosotros no podemos olvidar. Gracias a Dios, en ese momento Néstor Kirchner tomó la Patria. Hoy somos tres millones de trabajadores, por eso no puedo entender cómo compañeros sindicalistas tiran piedras desde la vereda de enfrente”.
Luego Caló llamó a sus compañeros a “defender este modelo industrial que impulsa la compañera Cristina Fernández de Kirchner. Perón decía que cada uno debía de producir por lo menos lo que consumía. Nosotros tenemos que defender esto, porque esto es lo que somos, porque esto es lo que hacemos”, finalizó.
Ricardo Pignanelli, el flamante secretario general de la CSIRA, destacó que “hay una sola forma de seguir en la huella y es con sangre, sudor y alegría, porque la alegría es tener trabajo”.
Luego Pignanelli afirmó que “esta Confederación la tiene clara: hay que traccionar para que no se nos caigan los puestos de trabajo y para que entren los que están afuera. Vamos a tener que defender muy bien a este modelo. Esto significa que vamos a apoyar un modelo que le dio integración a la marginalidad. Por eso, para sacarle plata a los que tienen, debe haber unidad. De los candidatos, ¿quién explica cómo va a sacar adelante esto? Eso es porque algunos no saben y los otros, los que no hablan, son los que provocaron la crisis en la Argentina”.
Finalmente, en su alocución, Pignanelli invocó a la única manera de salir de la situación en que viven el país y el mundo: “trabajo, trabajo y más trabajo. Por eso voy a contar –y voy a tratar de no quebrarme- lo que alguna vez me dijo mi viejo: andá atrás del trabajo, porque ése es el milagro para tener una mejor calidad de vida. Tené en cuenta que milagros sólo hace Dios y para vivir mejor hay que tener trabajo, porque no hay otra manera de vivir”, cerró el sindicalista mecánico.
La ministra de Industria Débora Giorgi, por su parte, se preguntó “quién hubiera pensado en la existencia de la CSIRA cuando se extinguía la industria, hoy es un orgullo, en especial porque la creación de un millón de puestos de trabajo desde 2003 se logró porque no seguimos las recetas del Fondo Monetario Internacional. Nuestro modelo se basa en el mercado interno y en la recuperación de la Soberanía Económica. Desde 2003 hubo quien nos propuso un sueño, que en 2007 Cristina continuó”.
Finalmente, Giorgi planteó algunos escenarios futuros. “Vamos a poner en pie a la industria ferroviaria, porque la verdadera soberanía es generar la tecnología, los fierros y el petróleo. La presidenta sabe que una sola cosa no se discute y es el orgullo de tener una industria nacional”. Finalmente, contagiada por el calor de la multitud, la funcionaria arengó con un estentóreo “no es momento para tibios, ¡¡vamos todavía!!”.
El último orador fue el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que se definió como el representante de “un gobierno que sostiene una alianza estratégica con los trabajadores. El imperativo de hoy –continuó el ministro- es mejorar la calidad del trabajo. Para esto, el Gobierno decidió fortalecer la capacitación para todos los trabajadores, pero para eso es necesario militar contra el trabajo no registrado. Cuando llegamos al Gobierno, hace diez años, teníamos 20 inspectores. Hoy tenemos 400, pero los verdaderos inspectores son los delegados de los trabajadores. En Argentina hay 70 mil delegados, por eso queremos tener 70.400 inspectores”.
Finalmente, Tomada se refirió a la doctrina del Gobierno kirchnerista relatando una anécdota que protagonizó junto con la presidenta. Contó Tomada que en 2008, cuando fue el comienzo de la crisis europea, la jefa de Estado lo convocó a la Residencia Presidencial de Olivos y cuando entró a su oficina lo primero que le dijo fue: “Carlos, el empleo no se toca, no va a haber ajuste y la negociación colectiva tampoco se va a detener. Éste fue el primer gobierno que no hizo ajustes –continuó el ministro-, que no le hizo pagar la crisis a los trabajadores”, destacó, para finalmente afirmar que “lo que no nos perdonan es la puesta en marcha de las negociaciones colectivas. Por eso existe la virulencia que existe en la oposición y en algunos medios”.