La participación de Martín Redrado el martes de un almuerzo organizado por Fernando Straface, secretario general y de Relaciones Internacionales de la Ciudad de Buenos Aires, para analizar las elecciones en Brasil y la relación bilateral con la Argentina, despertó algunas suspicacias en el ambiente político.
En la comida también estuvieron el excanciller del gobierno de Cambiemos Jorge Faurie, exembajadores como Diego Guelar, Mariano Caucino y Carlos Sersale, el exsecretario de Relaciones Económicas Internacionales Horacio Reyser; el presidente de la Fundación Pensar, Franco Moccia; la exsecretaria de Comercio Exterior de la Nación Marisa Bircher, actual secretaria para la Igualdad de Género de la Ciudad, y Luis Castillo, excónsul general de la Argentina en San Pablo.
En esta ocasión, Straface, uno de los encargados del armado nacional del proyecto presidencial de Larreta, decidió invitar a la reunión a Redrado, expresidente del Banco Central y uno de los economistas más cercanos a Sergio Massa, por sus “conocimientos sobre Brasil”.
Si bien fuentes porteñas aclaran que la presencia de Redrado no implica un desembarco en el larretismo, aseguran que el director de Fundación Capital se acercó en el último tiempo a los equipos del alcalde porteño.
Redrado empezó a sonar como futuro canciller en caso de que Larreta llegue a la Rosada, un comentario que circuló especialmente entre los convocados al almuerzo de ayer en Uspallata, aunque nadie aceptó confirmarlo.
En Uspallata también celebraron la presencia de Faurie en el almuerzo organizado por Straface. Es que hasta hace poco el excanciller de Mauricio Macri formaba parte de la tropa de Patricia Bullrich, titular de Pro y contrincante de Larreta en la contienda por la candidatura presidencial de JxC. Sersale, en tanto, trabaja codo a codo con Federico Pinedo en el equipo técnico de internacionales de la exministra de Seguridad, pero mantiene una “buena sintonía” con Straface.
Los asistentes coincidieron en que, más allá del resultado de las próximas elecciones, el Gobierno necesita “relanzar y jerarquizar la relación con Brasil, que no puede depender de la afinidad ideológica entre los presidentes”. A su vez, también abogaron por “modernizar el Mercosur”.
Desde el larretismo indicaron: “Existen otras áreas comunes de gran potencial, como la cooperación en materia alimentaria, energética y nuclear, o marítima en el Atlántico Sur, e integración financiera”.